El Albacete ganaba 2-0 en el minuto 68 pero terminó pidiendo la hora y el Racing volviendo a Santander pensando que se les habían escapados dos puntos, porque la segunda parte fue un monólogo visitante, con ocasiones para ganar tras empatar en los cinco minutos siguientes al segundo gol local. Los manchegos, sin olvidar que siguen condicionados por las numerosas e importantes bajas por lesión, arrancaron bien y jugaron una buena primera parte pero fueron incapaces de contrarrestar los cambios técnicos y tácticos realizados por el Racing en una segunda mitad para olvidar y que bien pudo acabar con un 2-3 que no habría sido para nada injusto.
Sorprendió la presencia del juvenil Christian Kofane en el equipo titular. Alberto González habló de lo mucho que el camerunés le había sorprendido en los entrenamientos con el primer equipo y todo hacía pensar que estaría en la convocatoria, pero nadie esperaba verlo de inicio, dejando en el banquillo a jugadores como Juanma o Quiles, este último con un proceso febril durante la semana.
Y como se suele decir, fue llegar y besar el santo, pues apenas se cumplía el minuto dos de partido cuando Kofane inauguraba el nuevo marcador del Carlos Belmonte con un gol de auténtico killer, aprovechando la jugada de Agus Medina y el pase perfecto de Morcillo para echarse a la grada en el bolsillo a las primeras de cambio.
Colocación, decisión, trabajo. El joven delantero camerunés de 18 años no pudo tener un mejor debut en el fútbol profesional. Bien decía el técnico malagueño del Alba que igual lo que buscaban en el mercado invernal podía estar en casa, aunque obviamente tampoco se pueden tirar las campanas al vuelo pues son muchos los casos de jugadores que sorprenden en su debut y luego se van diluyendo como un azucarillo para desaparecer en poco tiempo y quedarse en el camino.
Cuatro partidos sin marcar llevaba el Alba, que acabó el 2024 sin poder estrenar el nuevo marcador y pronto lo hizo frente a un Racing de Santander que tuvo muchos problemas para frenar el juego ofensivo del Albacete en esos primeros minutos donde el ímpetu de Agus Medina hizo buenas migas con Morcillo y por esa banda izquierda generaron mucho peligro al cuadro rival.
El Racing no se amilanó y aprovechaba las excesivas pérdidas del Alba en el centro del campo para montar rápidas jugadas ofensivas que encontraban siempre en última instancia a un Raúl Lizoain bien colocado.
Kofane aparecía en cada acción ofensiva, siempre en el sitio justo y tocando con criterio cuando tenía la pelota. Morcillo pecaba de individualista en un contragolpe en superior numérica y su disparo se iba a las nubes ante las quejas de compañeros mejor colocados para haber aumentado la cuenta en el marcador. Javi Villar metía mucha movilidad al equipo en el centro del campo, muy bien compenetrado con un trabajador Pacheco, que ha asumido perfectamente el papel encomendado por Alberto González en la medular del equipo.
El Racing sacaba petróleo en balones perdidos, especialmente por un Jon García poco fino a la hora de dar el balón a un compañero, y también era su banda izquierda la que más inquietudes generaba, con Íñigo Vicente muy activo, junto a Karrikaburu y Vencedor. La última acción de peligro de la primera parte la tuvo el Racing, en un córner lanzado en corto que terminó con el remate fuera de Saúl en el palo contrario.
CAMBIOS EN EL RACING. José Alberto sacudió el árbol en la segunda parte con un triple cambio y una modificación de sistema y eso le dio al Racing un mayor protagonismo durante unos minutos en los que el Albacete ya empezó a pasar apuros, como con un remate de Andrés que tocó en Lalo y pudo sorprender a Lizoain, que sacó la mano salvadora, aunque el árbitro ya había anulado la jugada por fuera de juego.
En el minuto 55 el Alba lograba sacudirse la presión visitante con una contra bien llevaba en la que Javi Rueda probó fortuna con un duro disparo en el que tuvo que intervenir Jokin Ezkieta.
Andrés volvía a probar fortuna, ahora con un disparo envenenado con la zurda que se marchó lamiendo el palo y que acalló a la animosa grada, que veía como el partido estaba quedando en manos del rival. El balón apenas duraba en los pies de los manchegos y el monólogo rival empezaba a merecer su premio. Andrés era una auténtica pesadilla para un Alba superado que necesitaba ponerle pausa al partido, máxime cuando el marcador estaba a su favor.
A muchos jugadores del Alba parecía que se les había acabado la gasolina, cuando todavía quedaba mucho partido por delante. Alberto González tuvo una rápida respuesta en esta ocasión, porque suele retrasar mucho los cambios, y en el 61 hacía un doble cambio en la delantera, con Juanma y Quiles en el sitio de Agus Medina y el juvenil Kofane. De todas formas, el Alba no tenía respuesta para el cambio táctico realizado por los cántabros.
Las contras eran una buena oportunidad para el Albacete y así lo aprovechó en el minuto 68 con una gran galopada de Fidel y un pase medido de calidad máxima para que Morcillo solo tuviera que empujar el balón a la red y hacer el 2-0 con el típico delirio de la grada, que fue doble porque la jugada fue revisada por el VAR por si había fuera de juego en el arranque de Fidel.
Poco le duró la alegría al Alba porque nada más sacar de centro, el Racing pilló dormido a los jugadores manchegos e Íñigo Vicente hacía el 2-1, volviendo a poner el marcador ajustado todavía con unos 20 minutos por disputarse.
DOMINIO VISITANTE. Jugaba el Racing con excesiva facilidad dentro del área del Alba y lo que se veía venir durante toda la segunda parte se produjo, que el equipo cántabro empataba con el gol de Arana a pase del recién salido Sangalli. Ni cinco minutos pasaron desde el 2-0 al 2-2.
En el 83 Lizoain tenía que tirarse a los pies de Karrikaburu para evitar el gol. Un resbalón de Alcedo dejó solo a Sangalli en la línea de fondo y su pase atrás fue rematado por Karrikaburu con la fortuna de tocar en un defensa y que el balón se fuera a córner en lugar de al fondo de las mallas. Lalo abandonaba el partido al ver su segunda amarilla en el 91.
El asedio a la portería de Lizoain, que la tuvo con Vicente ya en el tiempo añadido, fue total y nadie habría dado como injusto el resultado si los visitantes hubieran anotado su tercer gol.