Comenzó el mes de julio con la subida habitual de las temperaturas y con este fenómeno, las zonas de baño de la provincia comienzan a llenarse de bañistas locales y foráneos que combaten el calor con los baños en los ríos, arroyos, lagunas y embalses de la provincia. En la actualidad, la provincia cuenta con ocho zonas de baño autorizadas por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, sin embargo, existen otros lugares donde también acuden los turistas para refrescarse durante las próximas semanas.
Las de baño autorizadas están ubicadas en Alcalá del Júcar -la playeta- y en Ossa de Montiel, concretamente en las Lagunas de Ruidera -laguna de La Colgada, que hace frontera con la provincia de Ciudad Real; de La Salvadora, las dos de San Pedro, de Santo Morcillo y de La Tomilla-, pero existen otros lugares donde acuden turistas a refrescarse, como el embalse de Almansa, con un importante centro de actividades, o multitud de gargantas, pozas o piscinas naturales ubicadas en la Sierra del Segura. Son atractivos de la provincia albacetense que no pasan por alto miles de personas que, procedentes del Levante -Comunidad Valenciana y Región de Murcia- o de la Comunidad de Madrid, se convierten en un impulso social y económico para las comarcas de interior que habitualmente pasan desapercibidas para el turismo.
Con este panorama, hay que también extremar las precauciones y no realizar comportamientos incívicos. La mayoría de los parajes de baño, ya sean autorizados o no, se enclavan en zonas de alto valor medioambiental, por lo que la limpieza de sus usuarios debe ser estricta para que la zona no se degrade. Los ayuntamientos hacen un importante papel en este aspecto, pero es necesaria la inestimable colaboración de los bañistas para que los desperdicios no se acumulen ni durante ni al final del verano.
Por otra parte, la seguridad debe ser una de las premisas a la hora de visitar una zona de baño de la provincia. Los comportamientos peligrosos de los bañistas deben ser desterrados para que todos puedan disfrutar de una jornada apacible junto al agua, sin tener que lamentar ningún accidente que cause heridos o la pérdida de algún ser humano. En la naturaleza hay que actuar con precaución y prevención.
Los parajes naturales que ofrece la provincia albacetense son incomparables y muchas veces pasan desapercibidos por la cercanía en la que se encuentran. Visitarlos y disfrutarlos, además de una experiencia personal única, también sirve para generar riqueza en esas comarcas, muchas veces olvidadas, pero que mantienen una población que vertebra el territorio a lo largo del resto del año.