Las manchas solares son más frecuentes a partir de 45 años

Teresa Roldán
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El problema, sin ser grave, empeora en verano, porque el tratamiento se debe aplicar en otoño

Imagen de archivo de varios bañistas que toman el sol en una piscina de la capital. - Foto: Arturo Pérez

Las manchas del sol, también llamadas manchas de la edad entre las que las más frecuentes son los léntigos solares y el melasma (éste último conocido como paño en las embarazadas) tiene una alta prevalencia, en especial, en la población femenina, a partir de los 45 años, y «curiosamente son más frecuentes en personas con la piel oscura, es decir, es pieles morenas», según informó el jefe del Servicio de Dermatología de la Gerencia de Atención Integrada de Albacete, el doctor Eduardo Escario.

Ambos tipos de manchas en las personas que las padecen empeoran mucho en la época estival que es cuando nos exponemos al sol de manera más intensa. La edad y los desarreglos hormonales, y sobre todo, el sol acumulado a lo largo de los años son el desencadenante de esta afección, que sin ser una patología dermatológica grave constituyen un problema estético importante para muchas féminas.

Tanto los léntigos solares como el melasma aparecen en las áreas de la piel más expuestas al sol a lo largo de los años, como la cara, el escote o el dorso de las manos. Son de color marrón y su tonalidad varía desde marrón claro a canela o marrón oscuro y tienen un tamaño que varía entre los léntigos y el melasma, desde los pocos milímetros a varios centímetros.

tratamiento. Las manchas de la edad son el resultado de la producción de un exceso de melanina como un mecanismo de defensa. Estas manchas son habituales en personas mayores de 50 años, pero también se ven con mucha frecuencia en adultos jóvenes si han tenido un exceso de exposición al sol por su trabajo o si tienen una piel especialmente sensible al daño solar.

El doctor Escario aseguró que a pesar de los consejos sobre el uso de una protección intensa frente al sol y la recomendación de no exponerse en exceso en las horas centrales del día, siendo lo fotoprotectores más adecuados los que llevan pigmentos (color) y filtros de luz visible, «dado que vivimos en un país que tiene mucha radiación solar, en particular el melasma empeora en verano, por lo que las personas afectadas precisan tratamientos en otoño, ya que el uso de despigmentantes tradicionales en verano no se aconseja, aunque de forma reciente  se ha empezado a utilizar en verano con buenos resultados en cremas o en preparados orales el ácido tranexámico porque reduce la producción de melanina». 

Asimismo, el jefe de Dermatología aclaró que el léntico solar es un signo de fotoenvejecimiento cutáneo, y alertó que algunas de estas manchas en ocasiones se transforman y pueden evolucionar hacia un cáncer de piel melanoma, lo que debe llevar a realizar una consulta con el especialista.

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