Antonio Pérez Henares

PAISAJES Y PAISAJANES

Antonio Pérez Henares


2025 , año de Franco en el calendario sanchista

13/12/2024

A finales del siglo pasado de Franco no se acordaban ni tres. Había pasado a estar donde debía, en un pasado superado por los españoles. Pero hoy, cuando se va a cumplir el año que viene el medio siglo desde que murió ahí lo tenemos de nuevo convertido en protagonista de la escena política sacado en andas en procesión por sus dos resucitadores: Zapatero y Sánchez, que han hecho de él su supremo argumento electoral.
Fue el primero, el ahora valedor del dictador Maduro, aquel presidente que llevó a nuestro país a la peor catástrofe económica y social quien vio en él su mejor baza electoral. Franco fue su carta para aquello que le dijo por lo bajinis a Iñaki Gabilondo: «Hay que crear tensión». O sea, dividir, confrontar y abrir la espinita del odio entre los españoles y resucitar todos fantasmas y rencores de la guerra civil. Para ello se sacó de la manga el engendro aquel de la Memoria Histórica que supuso el inicio del plan para la demolición del pacto de convivencia y futuro que fue nuestra Constitución. No entenderé nunca, y para mi es uno de los principales errores de Rajoy, que no procediera con la mayoría absoluta que tuvo en su mano a su inmediata derogación. Porque era y es el más tóxico veneno que se ha expandido por nuestra sociedad.
La prueba de ello es que ahora Sánchez, que ha encontrado en ZP su ejemplo, apoyo e inspiración se propusiera desde el primer momento en proseguir y ahondar en esa dirección con su Memoria Democrática al dictado de los separatistas y los bilduetarras. Y desenterrando a Franco, claro está, que es lo primero que hizo y ahora lo que anuncia es que va a volverlo a hacer. Todo, el año que viene para procesionar con él e intentar que España vuelva a situar en un muerto hace medio siglo el fiel de la balanza y la línea divisoria entre los españoles.
Para ello ha programado nada menos que 100 actos al respecto, donde supongo que se procederá a otros tantos entierros pero que en realidad no son sino sacarlo una y otra vez del pasado y de la tumba para convertirlo en su zombie de cabecera e irlo llevando de aquí para allá para proceder a matarlo heroicamente una y otra vez.
El 2025, pues, va a ser el año de Franco. Podrían incluso poner como con los peregrinos un sello y a quien los consiga tener en su cartilla concederle un Jubileo y darle un cargo, pagado claro, de asesor. En cualquier lado y de cualquier cosa, que más da. Aunque sea de aconsejador de director de óperas en Badajoz con residencia en Portugal.
El anuncio al concluir un año en el que se ha visto cada vez mas cercado por los escándalos y la corrupción y que no tiene sino visos de seguir ascendiendo en intensidad y extensión, tiene algo de agarrarse a un último clavo, el de resucitar con el dictador el ogro de la ultraderecha como gran amenaza y presentarse él como salvador, justo cuando la realidad es que el enemigo y traidor a esa democracia, a esa constitución, a la igualdad, a la libertad y los derechos de los españoles no es otro sino él.
La operación, tan sobada además, más zafia y burda no puede ser. Pero si la pone en marcha es porque le ha dado, y piensa que le puede seguir dando, buenos resultados. Sin embargo, creo que en esta ocasión se puede pasar de frenada, aunque no faltarán quienes caigan en la trampa por uno y otro lado. A lo mejor el personal se para un momento a pensar que la momia que les sacan a pasear y a dar miedo, si lleva muerto 50 años es que muerto está. Aunque quizás esto sea mucho pedir.