Óscar Cardo alcanzó la cima del Ama Dablam

Juan Carrizo
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El alpinista albacetense cumplió «un sueño» pues esta montaña del Himalaya está considerada como «una de las más bellas del planeta»

Óscar Cardo, en la cumbre del Ama Dablam, muestra un pequeño escudo de Albacete. - Foto: O.C.

El alpinista albacetense Óscar Cardo cumplió el objetivo de su última expedición al Himalaya, hacer cumbre en el Ama Dablam, algo que «siempre fue un sueño» al estar considerada como «una de las montañas más bellas del planeta».

Mientras regresaba a Namche Bazaar, ciudad que sirve como punto de partida de expediciones al Everest y otros picos del Himalaya, a 3.500 metros de altura, Cardo relató a este diario que «a veces los sueños se hacen realidad y el día 16 a las 9:00 hora nepalí y tras escalar toda la vía de noche desde el C2, pasando de largo el C3, pude llegar a la cima junto al  sherpa Sonan. Los vientos entre 40 y 50 km/h y los 28 grados bajo cero no impidieron fundirnos en un cálido abrazo».

Hay que señalar que el Ama Dablam, situado en el valle de Khumbu en el Himalaya nepalí, tiene 6.812 metros de altitud. «Tal vez esta cumbre sea el mejor mirador del Himalaya, por todas las grandes montañas que se pueden ver a su alrededor».

Óscar Cardo, con mucha experiencia, pues formó parte de la primera expedición de Castilla-La Mancha que logró subir el Everest en 2006, fue el primero de su grupo en hacer cumbre en el Ama Bablam. «El viento y las bajas temperaturas nos impidieron esperar al resto del grupo», relata el alpinista albacetense. «Manuel Castillo, Javi Paz, Carlos Pitarch, Manuel Renau y Dipen sherpa fueron poco a poco llevando a la cima, algunos quizás mas tarde de lo debido, lo que les obligó a un descenso complejo, enmarañado de rapeles, por la noche. Por ello mi amigo Zapa decidió darse la vuelta al cruzarme con él, para poder hacer el descenso conmigo de día».

Cardo, todavía con mucho cansancio acumulado, aseguró sentirse «feliz y contento» mientras «nos recuperamos de las secuelas de haber vivido un sueño de una manera muy intensa. Cuando miramos atrás y vemos la silueta del Ama Dablam recortada contra el cielo al fondo del valle sonreímos ya que nos dejó hollar su cumbre y por unos días fuimos conquistadores de lo inútil», dijo, todavía emocionado, el alpinista albacetense.