La espada le cerró la puerta grande al diestro Rubén Pinar

Pedro Belmonte
-

El torero de Santiago de Mora cortó una oreja al primero de su lote y perdió otra con el descabello, tras dos buenas faenas, 'El Fandi', un apéndice, y Borja Jiménez otro en el sexto

Rubén Pinar pasea la primera oreja de la tarde. - Foto: Víctor Fernández

en una tarde en la que apenas se cubrió medio tendido con una temperatura muy agradable, lidiándose un encierro de Las Ramblas, de buena presentación, noble y manejable, para tres toreros con distinto concepto y resolución, destacando las faenas de Rubén Pinar y Borja Jiménez, que pusieron todo de su parte, pero que la espada les privó de la puerta grande.

Abrió plaza un noble toro de Las Ramblas al que no le sobró la fuerza, aunque se desplazó con cierta clase, sin mucho recorrido, pero lo suficiente para poder torearlo, aunque sea quedando corto en el desarrollo de la faena sin que el torero pueda alargar mucho más. Pinchó antes de cobrar una estocada y se silenció su labor tras el arrastre después de que el toro escuchase tibias palmas cuando las mulillas se llevaban al de Las Ramblas. 

Vistoso y variado anduvo Fandi con el capote, llegando al tendido con un buen tercio de banderillas, con autoridad y físico, provocando un alboroto entre el público.

La faena tuvo temple, desde el principio, cuando el toro tuvo largura y franqueza, que empezó a flojear cuando el animal se vio podido y se manifestó hacia las tablas y aunque lo sacó a los medios, el animal no quiso las afueras. Noble y con embestida enclasada, que finalizó con una buena estocada, cortando una oreja.  

Recibió Rubén al segundo de la tarde con verónicas templadas y suaves, para después ser muy bien cogido y medido por Agustín Moreno, quitando por chicuelinas muy ajustadas. Gran lidia de Álvaro Oliver y tres pares de llegarle cerca a cargo de Raúl Marti y Víctor Martínez. 

Entrega. La faena tuvo una primera parte en la que Pinar lo llevó largo y, aunque le faltó algo de entrega, tuvo nobleza y la embestida largura. A partir de la mitad de la faena, el toro acortó el viaje, llegando el torero a meterse entre los pitones y sacarle lo que de nobleza tuvo. Lo mató de una buena estocada y paseó la primera oreja de la tarde. No estaba dispuesto Pinar a irse andando de la plaza, templando de salida a un buen toro, de nombre Papelero que tuvo sólo el defecto de no humillar, pero que desarrolló nobleza y embestidas largas, principalmente por el pitón derecho. Lo cogió bien en el caballo José Adrián Majada, logrando Víctor Martínez un parar arriba.

Buen comienzo de faena, con rodilla genuflexa pudiéndole al toro y sacándolo afuera, para seguir con dos tandas templadas y ligadas en redondo, que repitió con la zurda. La faena tuvo compostura y gran estructura, llegando al tendido con autoridad. Todo se fue al traste tras pinchar y cobrar después media estocada, necesitando tres descabellos para acabar con la vida de Papelero, recogiendo una ovación.  

Verónicas templadas fueron el recibo de Borja Jiménez al que hizo tercero, de nombre Arrolladoro, un toro al que lidió muy bien José Luis Barrero, bien reunidas y con decoro los tres pares de Vicente Varela y Javier Gómez Pascual. El toro tuvo buena condición en los comienzos, llevándolo templado y largo por el pitón derecho, con buen aire y transmitiendo, aunque al cambiar de pitón, el toro ya no tuvo la franqueza que por el diestro, aunque la nobleza la mantuvo por ambos lados. La faena tuvo compostura, ligazón y buen toreo, desparramando el buen momento por el que pasa el sevillano, que ve toro por todos lados. La pena, desde luego, fue que necesitó de pinchazo, casi entera y descabello, recogiendo una ovación. 

Recorrido. Sin puntilla derribó al sexto Borja Jiménez tras una faena en la que tuvo que inventarse con un toro que tuvo poco recorrido, la emoción en las cercanías. Lo recibió templado y apenas fue picado por Tito Sandoval, antes de un discreto tercio de banderillas.

No tuvo el de Las Ramblas mucho recorrido y clase, por lo que tuvo que quedarse en las cercanías para poder componer una faena que llegó al tendido a base de porfiar y pasárselo cerca, aunque el animal desarrolló nobleza y no lo puso en aprietos.

Lo mató de una estocada sin puntilla y cortó la oreja del empate de los tres diestros del cartel, en una tarde entretenida para el aficionado, que disfrutó de la corrida de Asprona. 

ARCHIVADO EN: Encierro, Mora, Asprona, Tauromaquia