Si hace una semana eran los tractores los que tomaban la ciudad y sus vías de comunicación en distintos puntos, este martes, tal y como estaba anunciado, fueron unos 600 agricultores los que protagonizaron en primer lugar una concentración ante la Subdelegación del Gobierno, en donde estuvieron más de hora y media mientras esperaban ser recibidos por el subdelegado, cosa que no pasó. Y después una marcha a pie que les llevaría ante la Delegación Provincial de Agricultura, en donde registraron su manifiesto y en donde a pesar de estar allí concentrados durante más de media hora igualmente no mantuvieron encuentro alguno con el delegado y finalmente hasta la Diputación Provincial antes de su marcha de la ciudad.
La acción, que arrancaba a las 10 de la mañana para finalizar pasadas las 12,30 del mediodía, estuvo custodiada en todo momento por efectivos tanto de la Policía Local como de la Policía Nacional, ya que, mientras los primeros se encargaron de controlar y hacer los correspondientes desvíos de la circulación más allá de las carreteras que estaba cerradas al tráfico, los segundos se situaban delante de los edificios públicos bloqueando su entrada a fin de que los manifestantes no pudiesen acceder a los mismos, salvo, como se ha mencionado, los que entregaron para su registro el manifiesto que hay detrás de estas movilizaciones.
Sea ante un lugar como ante otros donde se concentraron señalar no sólo que el tiempo que estuvieron allí no dejaron de oírse ni los pitos ni el ruido que hacen los cencerros cuando los mueves, ni consignas como que 'el campo unido jamás será vencido' o 'no nos ignoréis', sino que también no dejaron de mostrar las diferentes pancartas que portaban. Pancartas en las que se podían leer frases como: La política agraria nos está ahogando; Si el campo no produce, la ciudad no come; No somos la extrema derecha, somos agricultores, No tanto tramitar y dejarnos trabajar y Precios justos, ya, entre otras.
Totalmente desvinculados de la plataforma 6-F tras las declaraciones de su portavoz, los agricultores albacetenses con estas acciones y las que vendrán después, pues aseguran, son indefinidas, «reivindicamos, según explicó Fernando Gil de Villavaliente, precios justos, así como una regulación de la PAC, porque no es igual para todos, y una bajada de los coste de producción, lo mismo que estamos en desacuerdo tanto con las exigencias de la PAC, como con la burocracia que se nos exige con un gestor para cada cosa».
Aclaraciones. «No hay un relevo generacional porque nadie se puede incorporar a la agricultura. La verdad es que la situación está muy difícil y por ello queremos respuestas y soluciones, queremos hablar con todas las administraciones» añadió Gil.
«Somos agricultores pacíficos, no queremos reñir con nadie, no queremos enfrentarnos con nadie. Venimos a defender el pan de los agricultores y de nuestros hijos, si es que pueden meterse en la agricultura. No vamos con los sindicatos ni con partido político alguno. Somos independientes y aceptamos a todos. La agricultura va unida, los que están desuniendo son los radicales» apuntó, por su parte, José Calderón de Barrax, a cuyo entender igualmente, «los ecologistas nos tienen machacados cuando creo que los agricultores somos más ecologistas que nadie».
«No pueden ponernos tantas trabas, nosotros lo único que queremos es trabajar, es vivir de lo nuestro», concluyó Gil, no sin antes pedir disculpas a la ciudadanía por las molestias.