Más allá del servicio vocacional los «héroes anónimos» de Castilla-La Mancha trabajan a diario sin saber que puede ocurrir un acontecimiento que les haga ver la vida de forma distinta. Otros muchos deciden lanzarse a la acción y colaborar como servicio público para la ciudadanía, o simplemente por humanidad. Son 12 las historias de estos héroes que ponen «rostro y nombre» a la entrega y el coraje. La delegada del Gobierno en la región, Milagros Tolón, les hizo entrega de estas condecoraciones en un acto en Toledo.

Ejemplo de buen hacer es el de Jesús Manuel García, policía nacional que actuó rápidamente de camino al trabajo cuando se encontró con un accidente múltiple. Fue él quien llamó a los servicios de urgencias y se percató que una mujer se encontraba atrapada en su vehículo en estado grave. Tras días en la UCI, Elena se recuperó y ha sido la encargada de entregar la medalla a su salvador.

También el «granito de arena» que aportó David Hernández, bombero de Guadalajara que sin pensárselo se desplazó a Turquía a ayudar en la búsqueda y el rescate de las víctimas del terremoto. Junto a esa humanidad está la de Manuel Varea, David Soto y Carlos Robles, Guardias Civiles quienes interrumpieron su jornada de descanso para ayudar en el incendio de Riópar.

Óscar Valdevira y David Cuenca o María José Barco y Ángel Manuel Pinardo son el vivo ejemplo de que la formación continuada puede salvar vidas. Ambas parejas de agentes devolvieron la vida de dos personas que sufrieron una parada cardiorrespiratoria, la reanimación cardiopulmonar (RCP) fue la clave del éxito de las operaciones.

El mismo Pinardo destacó la importancia de enseñar estas maniobras en colegios, institutos y empresas. Muestra de ello fue la actuación de Samuel Sánchez, quien realizó la maniobra de Heimlich e impidió el atragantamiento de una mujer en la Feria de Mayo de Puertollano.

La vocación pasa por las Agrupaciones de Voluntarios de Protección Civil, quienes trabajan sin esperar nada a cambio, en este caso fue galardonada la asociación de Cuenca. Y como todo en esta vida, la entrega tiene sus frutos. Tras 40 años de servicio en Protección Civil, Bernardo Coronado recibió la medalla por su disposición a colaborar en todo momento.