Llanos Monreal y su Mester de Juglaría repiten éxito en Madrid

Emilio Martínez
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La apoteosis final llegó con 'Que arriba que abajo' con cantos y bailes del público

Un pasaje de la actuación de Llanos Monreal. - Foto: Emilio Martínez

Repetición de la jugada. O del triunfo en grado máximo que sumar a los que tanto ha logrado en Madrid el considerado, sin lugar a dudas, además del más veterano, el mejor grupo español de música popular y de raíz. Por supuesto, Nuevo Mester de Juglaría con su voz femenina, y cantante solista  -junto a Fernando Ortiz-, al frente: Llanos Monreal. Aconteció, con llenazo absoluto, la pasada semana en ese altar de la música en directo que es la sala Galileo Galilei en el último concierto de la gira de este año -en el que han recogido varios galardones, entre ellos el de la Fundación Amigos de Joaquín Díaz que lleva el nombre de A Toda una Vida- antes de iniciar la de 2025. Y en que además de la paisana -que ejerce a tope de la tierra-, como tantas otras veces en los recitales de los mesteres, cual se les conoce, Albacete tuvo gran protagonismo.

El concierto, en el que Llanos, además de su majestuosa e inconfundible voz, tocó a lo largo de su duración, por encima de la hora y media, diversos instrumentos como la guitarra, la pandereta, el almirez y las campanillas como acompañamiento a varios de los temas folklóricos que habían preparado. No sólo de Segovia -de donde son, el resto de miembros (Fernando, Paco, Rafael, Luis y Jesús) del ya legendario grupo, y la paisana Hija Adoptiva- y Castilla y León, sino de otras regiones españolas. Pues más allá de lo que sería estrictamente cantar y tocar, el Mester ha llevado a cabo una amplísima labor de investigación y recuperación de este tipo de música.

Labores que iniciaron hace la friolera de 55 años, cuando, la mayoría de sus integrantes -incluida la albacetense-  estudiaban en Madrid sus respectivas carreras y comenzaron en plan aficionado. Por cierto que Llanos, en sus palabras  para La Tribuna posteriores al evento, recordó que el nombre se lo deben a otro paisano, el polifacético artista -actor, dramaturgo, director teatral y comunicador- Juan Pedro de Aguilar, quien tras entrevistarlos en Radio Popular de Madrid, les aconsejó que cambiaran el de Clan 5 por el que los ha hecho famosos, porque eran auténticos juglares del siglo XX.

En esas investigaciones no faltaron muchas dedicadas a la provincia de Albacete -como se recoge en un reciente libro, cargado de fotos de diversos pueblos- y de donde sacaron, entre otros temas tres de los más famosos, Romance del Pernales, La jota del que sí que (con su estribillo de Que arriba, que abajo, que es lo que se ha hecho más popular) y El canto de segadores, recogida en Chinchilla y con referencia a la aldea de La Losilla. «Este último nunca falta en nuestros conciertos, ya que es como un himno en nuestras actuaciones», precisa Llanos.

Y como había pronosticado, esta canción, tan reivindicativo, fue en la Galileo Galilei el que más hondó caló en el público cuando a mitad de su duración la cantaron, con la inconfundible voz de la albacetense en primer plano. Al término de la interpretación algunos paisanos que estaban en la sala dijeron en voz alta eso de que Albacete está en Llano, que fue en parte respondida y coreada de inmediato con lo de 'Chinchilla en cuesta' coreada, además de por la paisana y Fernando, por otro sector importante de los asistentes. También él, marido de la albacetense, y muy amante de la Feria, sonrió con complicidad.

Aunque en la pasada edición del certamen septembrino sólo pudieron estar el segundo fin de semana «para, como mínimo, dar unas vueltecicas por los redondeles, feriarnos alguna cosilla, como manda la tradición, y tomarnos un vino y unas guarricas, y así no perder las raíces», como añade Llanos. Quien achaca a diversas circunstancias que, a diferencia de otros años, no pudieran estar más, y pretende vengarse el próximo permaneciendo y disfrutando más días.

En tal sentido, la paisana comentó que precisamente el próximo año el grupo iniciará su gira 56ª por toda España y, claro, lo que más ilusión le hace es actuar una vez más en su tierra «por el mucho cariño que nos tienen y que, por supuesto, notamos de sobra en el escenario», cual sostiene. Un concierto que es pronto para saber si finalmente se llegará a celebrar o no, «porque hace falta que nos llamen desde allí», añade. Y recuerda que de la última vez hace ya un lustro, pues fue en 2019 en el Teatro Circo, y lo             califica como «inolvidable» para todos.

objetivo. De lograr su ansiado objetivo, el recital no sería muy distinto a este reciente de Madrid, en el que han retomado algunas de las canciones del disco A ti, querido cochino, que reconoce que tenían un poco olvidado, aunque la base del concierto será muy parecida a lo que es habitual en sus actuaciones últimamente. «Nuestro  público quiere escuchar una serie de canciones que conoce bien, y en las que participa. Y es difícil para nosotros prescindir de ellas».

Y bajo esa premisa fue el cierre del de la Galileo Galilei, porque tras saludar al término del mismo, hicieron caso a las peticiones de un público en pie al grito de «otra, otra». Y, claro, llegó la traca final,  primero con esa selección de 'Jotas del Mester' (así se llaman en sus discos y en sus conciertos este conjunto de canciones populares castellano-leonesas) y el famoso estribillo de Por el puente de Aranda se tiró, se tiró, se tiró el tío Juanico pero no se mató.

Era difícil superar esta explosión, pero como también había adelantado Llanos, la apoteosis llegó de inmediato con la canción que siempre tienen en la recámara. Y no es otra que la ya mencionada jota de la sierra albacetense del 'Que sí que', en una versión larga con muchas repeticiones de no menos popular estribillo de 'Que arriba, que abajo, que a mi novia le he visto el refajo'. Cual era de esperar, la gente no sólo la coreó, sino que también, con mayor o menor gracia, la bailó. 

Como anticipo a una prolongadísima ovación final y algún Viva Albacete, recibido con cómplice sonrisa por Llanos. Quien se toma con humor aquello de que los viejos rockeros nunca mueren y extiende a los que, como 'su' Nuevo Mester, se dedican al folklore, deseando que tal famosa aseveranza se cumpla también con ellos.

Y con sencillez manchega concluye que «las músicas están por encima de sus intérpretes, que somos mucho más efímeros».