La oferta de viviendas de uso turístico sigue al alza tanto en la capital albacetense como en la provincia, aunque la presencia de ese modelo de negocio está aún muy lejos de la que alcanzan las zonas con mayor demanda de viajeros, como las grandes capitales o los municipios costeros.
Así lo indica la última actualización de la estadística experimental acerca de esta opción turística que elabora desde hace tres años el Instituto Nacional de Estadística (INE), con periodicidad semestral. El informe, publicado esta semana con cifras del periodo comprendido entre marzo y agosto, cifra en 206 las viviendas turísticas de Albacete capital, cifra que supone un aumento del 16,3% con respecto a las 177 contabilizadas en febrero de este año y del 45% en comparación con las 142 de un año antes.
Mientras, el INE cifra en 882 el número de ese tipo de inmuebles en la provincia, con un crecimiento semestral del 9,1%, ya que eran 808 las registradas en febrero, y anual del 22,1%, con 722 en agosto de 2022.
Esos aumentos porcentuales del territorio albacetense están por encima de los que se dan en Castilla-La Mancha (del 5,8% en seis meses y 12,7% en un año, hasta alcanzar las 4.120 viviendas) y España (del 11,5 y del 9,2%, respectivamente, con una oferta total de 340.424).
En cualquier caso, otra de las variables analizadas por el INE, el porcentaje de viviendas turísticas sobre el total de las censadas en cada territorio, indica a las claras la aún baja implantación de esa opción, especialmente en el caso de la capital. A nivel nacional, es de 1,29 por cada 100 viviendas, mientras que en la ciudad albacetense baja a 0,24, por un 0,37 en la provincia y 0,31 en Castilla-La Mancha.
En cuanto al tamaño de esas viviendas, la estadística permite comprobar la diferente tipología en las ciudades y otros territorios. Las de la capital provincial, habitualmente pisos, ofrecen una media de 4,27 plazas (con un aumento semestral de casi tres décimas), cifra que sube a seis en la provincia, donde predominan casas de alquiler completo.
Así puede comprobarse en los registros de los municipios albacetenses con mayor oferta, que son Riópar (107 viviendas y 708 plazas, con una media de siete por inmueble); Alcalá del Júcar (78, 471 y promedio de seis); Yeste (61,400 y 6,5) y Ossa de Montiel (54, 315 y 5,8)
Ligeramente superior es la media regional, con 6.05 plazas por vivienda turística, mientras que la nacional se queda en 5,10.
En cuanto a la influencia que pueda tener este tipo de negocio turístico en la provincia, la gerente de Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería y Turismo (Apeht), Begoña Garijo, indicó recientemente que no hay constancia de que hayan surgido problemas como los de otros territorios más masificados, donde sí han sido conflictivos los aumentos de precios o las protestas vecinales por molestias.
«No hay ningún problema con las viviendas turísticas legalizadas », señalaba en su día Garijo, añadiendo que es más bien al contrario ya que contribuyen a dinamizar el sector . «El problema surge con las que no están registradas, porque el cliente no va a poder reclamar nada ante cualquier problemas y los servicios que te van a ofrecer no tienen nada que ver», añadía.
En cuanto al método utilizado por el INE para realizar esta estadística, cabe destacar que no es uno de los habituales de la entidad, ya que emplea la técnica de web scraping que, mediante programas de software, extrae los datos de las tres plataformas más utilizadas de alojamiento turístico en España. Sobre la cifra total de alojamientos extraídos, primero se seleccionan las viviendas turísticas de acuerdo con la normativa en esta materia de cada comunidad autónoma, y después, se eliminan aquellas viviendas presentes en más de una plataforma mediante un algoritmo que elimina duplicados.
En el caso de Castilla-La Mancha, un decreto de 2018 obliga a que estos inmuebles estén identificados como viviendas de uso turístico (VUT), condición que, con una búsqueda rápida, puede comprobarse que no cumplen muchas de las que se ofertan. Además de cumplir con la normativa de habitabilidad, la legislación regional exige que los estatutos de la comunidad de propietarios no contengan prohibición expresa para la actividad de alojamiento turístico y, en cuanto a instalaciones, se les disponer de ventilación directa al exterior o patios y contar con todos los aparatos y enseres necesarios para el uso habitual doméstico.
Las VUT forman parte de una categoría distinta a los apartamentos tradicionales, unidades de alojamiento que están constituidas como empresas y no tienen carácter residencial. El decreto regulador castellano-manchego define las viviendas turísticas como «pisos, casas, chalés u otros inmuebles análogos, amueblados y equipados en condiciones de uso inmediato, que son comercializados o promocionados en canales de oferta turística para ser cedidos temporalmente y en su totalidad a terceros».