El 11 de septiembre el albacetense Francisco José Mazo debutó con picadores en la plaza de Albacete, con novillos de El Montecillo, cortando dos orejas, transmitiendo una buena imagen y dejando a los aficionados un excelente sabor de boca. Una novillada en la que los tres espadas, Alejandro Peñaranda, Nek Romero y el propio Mazo, abrieron la puerta grande, siendo una de las tardes grandes del abono albacetense.
Han pasado ya tres meses de aquel día y el novillero sigue pensando en el toro y entrenando, aunque también aprovecha para adelantar en sus estudios universitarios. Hemos hablado con el joven diestro para que nos cuente sus impresiones.
«Ya estoy deseando que empiece la temporada, la echo de menos y aprovechando que ahora el toro está más parado, toca echarles más horas a los estudios y darles un empujón, porque están ahí los exámenes, por lo que estos 20 días hay que dedicárselos a los libros, aunque suelo ir a Sevilla del 25 al 31 para aprovechar y hacer algo de campo, pero cuando vuelvo del campo a casa de mi abuelo en Sevilla, me están esperando los libros y aprovecho, por lo que intento compaginar».
Finalizó la temporada con el debut con picadores. «Bueno, después del debut, toreé un festival en Castellar de Santiago, en la provincia de Ciudad Real y se terminó la temporada. El debut fue el que todos los alumnos de la escuela sueñan y pude disfrutar y soñar con lo que se trabaja y prepara cada día».
La de El Montecillo no acabó de ser completa. «En verdad, mi lote fue el más potable de la novillada y he dicho en algunas ocasiones que fue a medida para un debutante porque no me pusieron ninguna complicación y en ese sentido, se pudieron dar las cosas bien. Tenía muchas ganas de sentir esa sensación que te da el novillo picado, otra velocidad y cada vez que me he puesto delante de algún toro, he pensado que me iba a venir muy bien ese tranco que tiene el novillo picado y creo que se notó el día del debut».
Un cañón con la espada. «Este año he matado gracias a Dios, casi todos los novillos bien, menos la novillada de Tarazona de la Mancha, pero el resto los he matado bien y a la primera y la verdad es que con la espada estoy muy contento. Una pena lo de Tarazona que es una plaza a la que tengo mucho cariño y es la espinita que tengo clavada».
Una novillada la de Albacete que se saldó con seis estocadas. «En ese día no le di importancia, pero conforme ha pasado el tiempo, la gente destacaba lo de las espadas, lo bien que estuvimos los tres novilleros y teniendo en cuenta las pocas novilladas picadas que se dan, los seis novillos se llevaran una estocada cada uno, algo a destacar y que llamó mucho la atención. Tres novilleros en situaciones distintas y cada uno con sus conocimientos, pudimos demostrar lo que llevamos dentro. Durante toda la temporada he querido que cuando llegase el debut no se me viera nuevo, que demostrara solvencia y no carencias, por lo que he entrenado mucho de salón y creo que ese esfuerzo ha dado resultado».
Un buen año.
Una temporada muy completa. «Realmente ha sido un año muy bueno. Pude clasificarme para la final de Sevilla y también para la final de novilladas de Málaga y torear en esas plazas es algo muy bonito y que los toreros necesitan para alimentarse y sentirse toreros, por lo que no lo olvidaré en la vida».
Ahora falta torear más novilladas con caballos. «Estoy seguro que vendrán más novilladas, no sé si antes o después pero seguro que me pillará preparado, por eso entreno y quiero estar al cien por cien, tanto físicamente como toreando de salón, algo vital para mí además de una buena preparación física, pero repito que el toreo de salón es importantísimo».
No hay apoderado. «Todavía no ha habido esa llamada y no tengo apoderado, pero estoy tranquilo porque creo que va a llegar y cuando llegue, que por mi parte no quede nada por dar y puedan llegar nuevas fechas para torear».
Un año agridulce. «Ha sido un poco agridulce porque la muerte de mi padre vino en un momento en que necesitaba su apoyo, sobre todo para el día del debut y aunque nunca me lo confesó, tenía una ilusión grandísima de verme como novillero con picadores y debutando en la feria, por lo que me quedó ese sabor agridulce, aunque también sé que me vio y me ayudó desde arriba, aunque no pudiera sentir físicamente esa satisfacción, a la vez que otras personas también me apoyaron desde el cielo».