Editorial

La ola de solidaridad deja en evidencia a los políticos

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La DANAha puesto al descubierto la separación kilométrica que existe en la actualidad entre los políticos y la ciudadanía

Muchos fueron los albacetenses que ayer se acercaron hasta el Recinto Ferial para donar productos de primera necesidad en la campaña organizada por el Ayuntamiento de la capital, tampoco fueron pocos los que ayudaron en las recogidas organizadas por los ayuntamientos a lo ancho y largo de la provincia de Albacete, así como en iniciativas privadas que quieren ayudar a los valencianos y a los letureños. Iniciativas similares se multiplican por doquier en los lugares más inhóspitos del país y en Valencia, la zona cero de los efectos de la DANA, cientos de voluntarios madrugaron ayer para estar a las siete de la mañana dispuestos en la Ciudad de las Artes y las Ciencias para ser enviados donde fuera. Incluso bomberos de Francia llegaron hasta la capital del Turia para ayudar, a pesar de que el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, rehusara el ofrecimiento de su homólogo galo de enviar 250 bomberos para ayudar. La única misión de todos ellos no es otra que ayudar a los que más lo necesitan en estos momentos.

Sin embargo, los voluntarios salieron en autobuses hacia los municipios más afectados y muchos no pudieron ayudar a los vecinos. La razón no es otra que la mala organización del dispositivo, lo que supuso que buena parte de un contingente civil de primera magnitud se desaprovechara y los vecinos sigan con sus reclamaciones de ayuda sin respuesta por parte de las administraciones públicas.

En más altas esferas políticas se juega un partido que a nadie le importa en estos momentos. La ciudadanía quiere que los dirigentes políticos del país y de las comunidades autónomas actúen y se pongan al frente de la situación para que los cuerpos que hoy están abandonados sean recogidos e identificados lo antes posible y que los que lo han perdido todo puedan recuperar una vida digna lo antes posible. De quién fue la culpa ya habrá tiempo de dirimirlo, pero todo apunta a que fue una negligencia en cadena, cuyos protagonistas no supieron detectar la magnitud de la tragedia y quisieron sacar ganancias políticas. Algo totalmente deleznable.

La DANAdel 29 de octubre de 2024 debe marcar un antes y un después en la política española, porque ha puesto al descubierto la separación kilométrica que existe en la actualidad entre los políticos y la ciudadanía. Debe haber consecuencias para muchos que hoy ocupan los sillones del poder, porque hicieron la más absoluta dejación de sus funciones por intereses partidistas que ahora no vienen a cuento, mientras que el pueblo les volvía a dar una lección de solidaridad pura y dura. Hoy por hoy España da un ejemplo de ciudadanía en una democracia cada vez menos humana.