En el año 2008 se ponía en funcionamiento la Unidad de Prevención y Reacción (UPR) en la Comisaría del Cuerpo Nacional de Policía, con una docena de integrantes, al mando de un inspector.
La unidad nació con el objetivo de potenciar las capacidades operativas de las Brigadas de Seguridad Ciudadana, emplear de forma eficiente los recursos del Cuerpo Nacional de Policía, afrontar con garantía de éxito actuaciones policiales concretas y mejorar los servicios que el Cuerpo Nacional de Policía ofrece a la sociedad.
Parece que esta unidad, que se ha convertido en uno de los cuerpos de élite de la Comisaría albacetense, ha dado buenos resultados, lo que la ha convertido en imprescindible pues casi ha triplicado su volumen al pasar de los 12 agentes con los que contaba inicialmente a los 30 con los que cuenta en la actualidad. De los cuales sólo uno de ellos es mujer.
Al tratarse de una unidad especial dentro del Cuerpo Nacional de Policía, sus integrantes deben de realizar y superar un curso de especialización con una duración de dos a tres semanas, en función de la categoría profesional. En concreto son dos semanas para personal de la Escala Básica y Subinspección, mientras que para la Escala Ejecutiva se amplía una semana más.
Pero su formación no queda ahí, como explica el jefe de la UPR albacetense, Antonio Jávega. «Además de este curso, los integrantes de estas Unidades participan en el desarrollo de programas específicos de actualización y adiestramiento de carácter obligatorio donde reciben formación específica propia de la actividad que desarrollan, entre la que se encuentra defensa personal policial, técnicas operativas de entradas en inmuebles, despliegues tácticos, conducción evasiva y de seguridad».
Su misión. Según se puede leer en el escudo de su especialidad su misión es Custodiam adsumimus et ordinem redigimus, o lo que es lo mismo, ‘La custodia asumimos y el orden restablecemos’. Al ser una unidad que goza de una notable capacidad operativa, «tenemos como misión la prevención de la delincuencia en situaciones determinadas, así como el mantenimiento y en su caso restablecimiento del orden y la seguridad ciudadana».
En líneas generales, son unidades polivalentes cuyas principales funciones se concretan en el establecimiento de dispositivos especiales de prevención de la delincuencia, como serían despliegues en puntos negros de la ciudad, establecimiento de controles y otros dispositivos policiales de esta naturaleza.
Por eso trabajan en concentraciones y manifestaciones que no requieran la actuación de otras unidades más especializadas, dispositivos de seguridad con ocasión de espectáculos públicos deportivos, musicales, apoyo a otras unidades en operaciones relacionadas con dispositivos antiterroristas, delincuencia común, entradas y registros en operaciones antidrogas, detenciones complejas, refuerzo específico a otras plantillas, tanto de ámbito regional como nacional donde sea necesario un apoyo operativo concreto, así como funciones de reacción e intervención en cualquier situación que requiera una actuación inmediata, como serían hechos imprevistos de gravedad, atentados o amenazas terroristas, auxilio o defensa de los ciudadanos ante calamidades o catástrofes públicas.
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