La provincia de Albacete ha ganado habitantes en el último año. Según los últimos datos publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el territorio albacetense registraba a 1 de octubre 389.739 residentes (195.588 hombres y 194.151 mujeres) frente a los 388.854 empadronados en la misma fecha de 2023, lo que supone 885 vecinos más, un ligero incremento del 0,23%.
De acuerdo con los citados datos provisionales de la Estadística Continua de Población, que se actualiza cada trimestre, hay 354.239 españoles y 35.500 de otras nacionalidades. Una vez más, el discreto aumento del censo provincial viene motivado por la llegada de personas de otros países dado que ha habido un descenso de 1.759 habitantes españoles, un 0,49% menos, mientras que suben un 8,05% los extranjeros, esto es, 2.644 más.
Además, el aumento de residentes en la provincia se ha concentrado en la población masculina, que contabiliza 895 varones más que hace un año. Por el contrario, hay empadronadas mujeres menos que el 1 de octubre de 2023.
El grupo de edad más numeroso es el de 45 a 49 años, con 31.213 vecinos (27.914 españoles y 3.299 varones), siendo las generaciones con más miembros las que tienen 48 años y 49, con 6.379 y 6.358 habitantes, respectivamente. Los siguientes tramos más cuantiosos son los de 55 a 59 años, con 30.825 residentes, y de 50 a 54, con 30.764 empadronados.
De los 19 grupos de edad que recoge la estadística (de un quinquenio cada uno), 11 de ellos presentan pérdida poblacional. Los tres que más bajan porcentualmente son el de 85 a 89 años, con una disminución del 7,65%; el de 40 a 44, que cae un 3,05%; y el de cinco a nueve, con un retroceso del 2,87%.
En el lado contrario, los que más suben son el de 80 a 84 años, que se incrementa un 6,6%; el de 65 a 69 años, con un 6,53% más de habitantes; y el de 60 a 64 años, que crece un 2,89%.
En resumen y salvo algunas excepciones, los aumentos de población se concentran en las edades más avanzadas mientras que los tramos de menor y mediana edad pierden habitantes.
En concreto, en la base de la pirámide demográfica, los tres primeros grupos de edad (de cero a cuatro, de cinco a nueve y de 10 a 15 años) registran un descenso de empadronados. Tras subidas en los tramos de 15 a 19 y de 20 a 24 (del 1,4% y del 0,38% respectivamente), los siguientes experimentan también bajadas y no se vuelve a producir un incremento hasta el de 60 a 64 años. Los siguientes segmentos también registran crecimientos de población, a excepción del de 85 a 89, que cae.
Según los datos del INE, la población de otras nacionalidades ha crecido en el último año en todos los grupos de edad salvo en el de 90 y más años, en el que ha perdido un habitante.
En cuanto a la longevidad, 133 habitantes de la provincia tienen más de 100 años, 96 de ellas mujeres y 37, hombres. Un año antes eran 131 (92 féminas y 39 varones).
Análisis de Carmen García. «Los crecimientos de población son moderados en los últimos años en la provincia de Albacete. La natalidad es muy baja y si sube algo el número de habitantes, es por la llegada de extranjeros. Si no cambia la tendencia, no vamos a mejorar la situación demográfica. Las pirámides se han vaciado por la base, con muy pocos niños y muy pocos jóvenes, por lo que no habrá población de relevo dentro de unas décadas», advierte Carmen García Martínez, profesora titular de Geografía Humana en la Facultad de Humanidades de Albacete.
Una tendencia similar a la que se repite por los países con el llamado «régimen poblacional moderno». «Si la pirámide no crece por la base, no se produce esa evolución positiva de la población. Como mucho será estacionaria y a la larga, a la baja. La dinámica natural, por los nacimientos y defunciones, es claramente negativa», lamentó, concretando que en el caso de la provincia, las zonas con más riesgo de despoblación son las sierras del Segura y de Alcaraz, y parte de La Manchuela. «Las cabeceras comarcales crecían antes pero ahora ya no. Y la capital tampoco», señaló, añadiendo que la situación «es menos dramática» en los corredores de Hellín y Almansa aunque la población también está estancada. Para la docente, hay que reflexionar seriamente sobre la sociedad que queremos porque esto trae el envejecimiento de la población, que también implica cambios en la mentalidad y sociales.
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