El Albacete certificó virtualmente la permanencia en Segunda División tras derrotar alLeganés, líder de la categoría, en un encuentro intenso y bien jugado, lo que, además, supuso una quinta victoria consecutiva insólita en la trayectoria del club blanco en Segunda División. 

Alberto González realizó cinco cambios en la alineación, con la particularidad de que situó a Agus Medina en el lateral derecho, aunque fue por la izquierda donde llegó la primera oportunidad del partido cuando Diego García sirvió a Franquesa, que no llegó por poco en el segundo palo.

Ambos equipos salieron con intención, dentro de sus respectivos estilos. El Leganés, con más tendencia a la elaboración hasta el último pase, intentó hacerse con el control de la pelota, mientras el Albacete se acogía a su intensidad y velocidad para poner en aprietos a los madrileños.

El gol madrugador supuso una dosis de serenidad que se precisaba. Corría el minuto ocho cuando un recital de fintas, caracoleos y un servicio extraordinario de Fidel Chaves lo cabeceó Higinio para hacer subir el 1-0 al marcador.

El tanto serenó al Albacete, que supo interpretar el momento para asociarse entre líneas y esperar los efectos del talento de Fidel y Manu Fuster en los últimos metros. El Leganés, por su parte, no acababa de encontrar el camino para romper el buen engranaje local, aunque sí dejó detalles de su empaque.

A los blancos, muy juntos en fase defensiva sin dejar espacios, les favoreció la escasa velocidad de  los madrileños en la construcción y quizá la excesiva dependencia de Juan Cruz para crear peligro.

De este modo, no fue extraño que  el Albacete dispusiera de las mejores oportunidades hasta el descanso. Juanma, a los 26 minutos, estrelló el balón en un defensa, y a la media hora Higinio rondó el segundo en un centro de Agus Medina, cuyo remate a bocajarro prácticamente se encontró Diego Conde,

Ya en los instantes finales, el propio Higinio, titular ayer y muy activo, no precisó un remate claro tras una buena acción de Jonathan Silva.

paso al frente. En el arranque de la segunda mitad el escenario fue otro. El Leganés dio un paso al frente y tomó la iniciativa, lo que dio lugar a las primeras llegadas pepineras, la primera a los dos minutos con un cabezazo de Diego García por encima del travesaño, y a renglón seguido una excelente triangulación en las inmediaciones del área resuelta por un remate de Chicco en buena posición demasiado cruzado.

El Leganés, animado, volvió a la carga, aunque en esta ocasión con una internada personal de Franquesa, que aceleró en los últimos metros para disparar con intención. Vaclik rechazó con el pie.

El Albacete se quitaba la pelota de encima sin apenas opción de salir al contraataque, aunque con la esperanza de una acción aislada que cerrara el partido. Bien pudo haber sido en un córner que Riki, atento, remató con intención para encontrarse con un rechazo de un defensa.

Quedaba media hora para el final y González se decidió a refrescar a su equipo en la zona de ataque, pero conforme se acercaba el final los agobios de los locales fueron a más. Cruz volvió a rondar el empate y también Miramón, aunque Quiles dio la réplica con una jugada personal marca de la casa en la que solo faltó algo de tino.

El Albacete fue creciendo y Manu Fuster acarició el 2-0 tras una excelente pared con Quiles que intensificó más si cabe el empuje de la grada, que celebraba cada muestra de arrojo de los suyos. El Leganés perdió la concentración y con ella la capacidad para atacar con criterio, y el encuentro entró en un periodo algo bronco que favoreció indudablemente a un Albacete espoleado por sus seguidores en un ambiente más propio de ascenso de categoría que de otra cosa.

sin peligro. El acoso algo desordenado de los últimos minutos dio lugar a los últimos instantes de incertidumbre en cada balón dirigido al área albaceteña en la que apenas se registraron ya situaciones de peligro real.

Tras este resultado, el Albacete ya puede respirar en una temporada extraña pero que invita a una reflexión que llegará. Sin duda.

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