Han sido largos meses de gestación y trabajo. Pero la voluntad era firme y el objetivo claro. Hoy puedo ya decirlo y lo hago con alegría y orgullo: los premios de Literatura y Pintura de Puy du Fou sobre la Historia de España han sido convocados y comienzan su andadura con clara vocación de crecimiento y de un ancho y largo recorrido. Es para mí un verdadero privilegio el haber participado en su puesta en marcha y el poder seguir aportando mi pequeño grano de arena en el futuro.
La idea bullía desde hace tiempo en la siempre inquieta mente del urdidor y responsable del Parque, Erwan de la Villéon, como una extensión y enlace con la cultura y sus creadores buscando la participación popular y propiciando un cauce para que el talento y el genio de escritores y pintores pudiera aflorar a la luz y ser reconocido y apoyado. Y habida cuenta de lo que Puy du Fou, cada vez mas consolidado y convertido en un máximo referente, representa, ofrece y alienta para todos aquellos que lo visitan y lo que por nuestra historia, desde la emoción y la belleza, está haciendo, el tomar esta decisión tiene un enorme significado y crea la base y el armazón para que los premios puedan convertirse en no mucho tiempo en un pujante realidad y en una cita obligada. Un referente también para el mundo literario y pictórico y muy posiblemente, y en breve, de algunos otros géneros y desempeños creativos.
Los premios parten con unas dotaciones más que dignas y estimulantes. A la recompensa al ganador se unen también otras para los finalistas y el empuje promocional que indudablemente va a tener para todos. Pero, además hay algo en lo que se ha puesto el mas contundente empeño. Los premios van a tener el más claro y demostrado marchamo de limpieza y de total igualdad de oportunidades para los concursantes. Para ello la preservación del anonimato, hasta que no se abran las plicas de los elegidos, será la pauta de obligado y vigilado cumplimiento. Son premios para todos y todos, sean ya autores con obra y notoriedad o jóvenes que se inician en estas tareas, estarán en igualdad de condiciones y serán sus textos y sus pinceladas las que cuenten. Los jurados, de muy reconocido prestigio, por supuesto, también y por ello, permanecerán en el anonimato hasta que se den a conocer su dictámenes.
Son premios para España, para su historia y para los creadores que quieran inspirarse en ella. Lo son también, y lógicamente, para Toledo, donde se radican y a quien contribuyen a apoyar e impulsar en su esfuerzo para recuperar la posición preferente en este campo a la que su historia le obliga y a la que aspira con su empeño de convertirse en capital europea de la cultura. Son premios, se lo reitero, para todos y su limpieza, su mayor atractivo y el mejor de los blasones. Les animo a que nos inunden con sus relatos y con sus cuadros. Y cuando esté para llegar la próxima primavera celebraremos su bautizo y haremos gran fiesta por ellos.