Ya están de vuelta. Después de dos años y medio de restauración, estudio y análisis, el Museo Arqueológico de Albacete recupera sus cinco estrellas más conocidas y, al mismo tiempo, más diminutas: las muñecas romanas de Ontur.
En 1946, durante la construcción de unas viviendas en Las Eras, apareció una pequeña necrópolis un cuerpo de mujer adulta y varios cuerpos infantiles. Como parte del ajuar, aparecieron cinco muñecas de hueso, marfil y ámbar.
«Son el mejor conjunto de su género en España y el segundo de Europa», explicaba ayer la directora del Museo, Blanca Gamo, «porque sólo lo supera un grupo de muñecas que apareció en la propia Roma, como parte de un taller».
Gamo daba estas explicaciones en los talleres del Museo al delegado de la Junta, Pedro Antonio Ruiz, el de Cultura, Diego Pérez, y al alcalde ontureño, Jesús López, 24 horas antes de exponerlas al público.
«Estas muñecas tenían doble función», detalló, «porque en la infancia eran muñecas, pero en el tránsito a la edad adulta se ofrecían a las diosas como ofrenda, para que la mujer fuese fértil o para protegerla durante el parto».
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