Caligrafía ensamblada en la naturaleza

V.M.
-

La calígrafa e ilustradora Ana Navarro expone en la Librería Popular hasta el próximo domingo

La calígrafa e ilustradora Ana Navarro. - Foto: A.N.G.

Sus murales urbanos constituyen una nota de sensibilidad artística que salpica distintos rincones de la capital, desde el Jardín Botánico, al Parque Lineal, pasando por los Depósitos del Sol, la Plaza de Carretas o los jardines de la Fiesta del Árbol. Ahora Ana Navarro expone por primera vez su obra en una sala cerrada -concretamente en Popular Libros y hasta el próximo 10 de noviembre-, unas composiciones donde mezcla caligrafía e ilustración, bajo el expresivo titular de Letras en flor.

A lo largo de medio centenar de obras, de diverso formato, la artista demuestra su dominio caligráfico, «un arte que era bastante desconocido en Albacete, donde comencé a formarme hace 10 años, y mi manera de personal de utilizarla es combinándola con la ilustración, concretamente me interesa mucho, la naturaleza, los motivos botánicos y las aves, de manera que he ido ensamblando la caligrafía con estos motivos  y con algunas citas de poemas o textos que recojo».

Preguntada por qué tipo de letra le interesa más a la hora de abordar sus creaciones, Ana Navarro afirma que «se trata de un muestrario de todo lo que hago, porque también imparto cursos y talleres en Albacete, de tal forma que pueden verse letras más clásicas, romana, gótica, gestual... es un abanico de mi trabajo como calígrafa que se funde con las artes plásticas».

Desvela que estudió Bellas Artes en la Real Academia de San Carlos de Valencia y   posteriormente estuvo años trabajando en como diseñadora gráfica, hasta que descubrió el arte de la caligrafía y dejó de utilizar el ordenador, reconduciendo su carrera profesional para desarrollar una nueva forma de expresión artística. 

En cuanto a los dibujos e ilustraciones que acompañan a los textos podemos ver el influjo de aquellos tratados de Ciencias Naturales de los siglos XVIII y XIX, «se trata sobre todo de pájaros y plantas, el hilo conductor es la caligrafía ensamblada en la naturaleza, incluso hay un caligrama con la silueta de un toro y la palabra compasión, porque soy animalista y es mi manera de expresarlo». 

«He bebido mucho de los tratados antiguos de Botánica y de manuscritos medievales -añade-, toda esa decoración a base de capitulares e iluminadas me sirve de inspiración, un poco reconvirtiéndolas a este momento, además debo citar a mi gran maestro Keith Adams, el mejor calígrafo del mundo para muchos, y su esposa Amanda».

Técnicamente en estas obras se vale básicamente de la tinta Sumi, nogalina, acuarela y a veces gouache, incluso hay también grabados calcográficos, mientras que para rotular emplea cálamos de caña, «intento que todo sea lo menos artificial posible, mientras que para los murales utilizo esmalte al agua de la mayor calidad y preparo las paredes con una base previa para garantizar su perdurabilidad (...) modestamente creo que estas composiciones alegran el paseo de las personas, es arte urbano que aporta una nota de color, la gente sonríe y suele pararse a ver mis trabajos».

Finalmente, Ana Navarro desvela que tiene tres proyectos de arte urbano propuestos al Ayuntamiento, pero prefiere no adelantar nada hasta que se materialicen, de hecho el pasado verano pintó un gran mural de 40 metros de longitud en la piscina del campo de fútbol; además cita otro que se iniciará en noviembre, en colaboración con el Archivo Histórico de Albacete y su directora, Elvira Valero, «donde se mostrarán manuscritos originales históricos y donde enseñaré a escribir las diferentes caligrafías que aparecen en ellos: letra gótica, carolina, inglesa, además de recrear las preciosas mayúsculas capitulares ornamentadas».