Tenía 40 años, estaba casado, con dos hijos. Era un apasionado del ciclismo y competía en circuitos provinciales de mountain bike, open y carreras por etapas, maratones, ultramaratones, cicloturistas de carrera o ciclocross.
Persona muy responsable, trabajadora, humilde y callada, regentaba el negocio familiar y aprovechaba cualquier tiempo de descanso para practicar ciclismo, "su gran pasión".
Encontró la muerte haciendo lo que más le gustaba, montar en bici. Desde hace 10 años forma parte del club Gobik Cronomancha que hoy se encuentra desolado ante lo ocurrido.
Conocía las dificultades y peligros del asfalto y compartía la idea de que no se puede hacer nada ante hechos como el acaecido a dos kilómetros de Vilarrobledo, en la carretera de Barrax, cuando una furgoneta le arrolló, al mediodía del jueves, y tuvo que ser trasladado al Hospital. Los clubes ciclistas locales realizarán una concentración para acompañar al féretro. Partirán de la explanada de Carrefour, en la entrada a la población por la N-310, con dirección al tanatorio.