Entre el río Tajo y la imponente Sierra de Gredos, en la parte norte de la provincia de Toledo, nos encontramos con la Denominación de Origen Protegida (DOP) Méntrida. Limitando con las provincias de Ávila y de Madrid y atravesada por el curso bajo del río Alberche, en esta zona se ubican poblaciones ligadas históricamente al vino. Esta comarca fue concedida durante el medievo a determinados señoríos jurisdiccionales que se encargaron de los gobiernos y de llevar a cabo una rápida repoblación y ya en el siglo XII aparecen referencias a viñedos, cultivo que se ha mantenido desde entonces. La elaboración de vino fue prosperando hasta alcanzar su esplendor en el Madrid de los Austrias, época en la que estos vinos fueron muy apreciados.
La Denominación de Origen Protegida tal y como existe actualmente nace en 1976. Desde entonces ha pasado por varias etapas y hoy en día se enfrenta a nuevos mercados y nuevos retos. En este sentido, la aparición de nuevas bodegas y el trabajo de las más tradicionales (en total funcionan 23) está colocando a esta DOP en las mejores posiciones en los mercados nacionales e internacionales. Prueba de ello son los premios y reconocimientos que reciben algunos de sus vinos, lo cual coloca a esta zona productora en una situación privilegiada y con un prometedor futuro por delante.
Como todas las denominaciones de origen (y también las indicaciones geográficas protegidas), Méntrida está amparada por la marca Campo y Alma, una iniciativa del Gobierno regional para dar a conocer, dentro y fuera de los límites regionales, los alimentos de calidad que se producen en la comunidad. Es una manera de mostrar al consumidor que no hay que irse muy lejos para encontrar vinos de altísimo nivel y además de destacar la importancia de viticultores y bodegueros, que llevan a cabo una gran labor.
Los vinos de Méntrida rebosan calidad, son elegantes, originales y con gran personalidad. Por ello son muy valorados añada tras añada y reciben excelentes puntuaciones en las más prestigiosas revistas y guías, tanto nacionales como internacionales. Las bodegas pueden y saben aprovechar la excelente materia prima de la que disponen para hacer llegar al consumidor unos vinos únicos, seductores y provocativos. El buen hacer de las bodegas es uno de los pilares de esta denominación, pero poco podrían hacer si no les llegara la maravillosa uva que reciben cada vendimia. Y esa uva es lo que es gracias al suelo, al clima y al cultivo de las variedades adecuadas.
Méntrida tiene dos zonas claramente diferenciadas. En la parte sur, el terreno que ocupa el viñedo es, en su mayor parte, propio de cultivos cerealistas, pero en partes marginales como laderas y zonas accidentadas, donde predominan suelos de substrato muy arenoso, el viñedo se comporta de manera magnífica. Esta zona está atravesada por el curso bajo del río Alberche y en ella se encuentran poblaciones muy vinculadas al vino a lo largo de la historia como Almorox, Escalona, Maqueda, Fuensalida, Camarena, Casarrubios del Monte o la propia Méntrida. Son suelos muy pobres en calcio, lo que les hace idóneos para la producción de la garnacha, uva reina de esta DOP, que da como resultado vinos finos, suaves y aromáticos.
El área norte, más pequeña, es una zona de monte y las viñas están rodeadas de enebros y encinas. Con suelos silíceos y calcáreos y grandes zonas graníticas combinadas con la altura de esta zona (750-850 metros sobre el nivel del mar), la influencia de la Sierra de Gredos y la edad de las plantas -con mas de 55 años- dan como resultado unos vinos frescos, florales, minerales y fáciles de beber. Los municipios principales son Real de San Vicente, El Almendral de la Cañada y Pelahustán, todos ellos en el valle del Tiétar.
Además, el clima es muy propicio para el cultivo de la vid. Mediterráneo continental seco y extremo, con inviernos largos y fríos algo atemperados por encontrarse protegida de los vientos del norte y del oeste por la barrera montañosa que constituye la Sierra Gredos, presenta una notable oscilación térmica anual y escasas precipitaciones, con una pluviometría media de 300-450 litros por metro cuadrado al año. Estas condiciones favorecen la aplicación de las técnicas más naturales, ecológicas y biodinámicas en la elaboración de los vinos.
La uva.
Aunque el Consejo Regulador permite el cultivo de otras variedades, la reina en Méntrida es la garnacha tinta. Es conocida por su intenso color rojo oscuro y su profundo matiz púrpura, además de por su sabor afrutado, que puede incluir notas de bayas, cerezas, fresas y especias. Tiene un aroma intenso y complejo que puede llevar notas de frutos rojos, especias, regaliz, tabaco y cuero y es muy adecuada para la crianza en barrica, lo que puede aportar a los vinos elaborados con ella notas de vainilla, cacao y tostado.
Tiene una acidez moderada, lo que la hace adecuada para la elaboración de vinos equilibrados y proporciona una alta graduación alcohólica, que puede oscilar entre los 14 y los 16 grados. Se trata de una variedad de uva tinta muy versátil y apreciada por los productores de vino en todo el mundo por su intenso color, sabor afrutado y aroma complejo.
El suelo y el clima proporcionan las condiciones adecuadas para obtener buena uva, pero las prácticas de cultivo y los métodos de elaboración en las bodegas también son importantes. La mayor parte de las plantaciones son en vaso y de edad avanzada, de manera que los racimos quedan protegidos del sol del verano y se garantiza la mejor maduración del fruto. Esto, unido a la limitación del rendimiento por hectárea, asegura una altísima calidad de la uva.
Una vez en la bodega, las exigencias en la elaboración son estrictas. Según sean tintos, rosados o blancos (que también los hay) está marcado el tiempo que el mosto debe permanecer con el hollejo, la manera de prensar la uva, la temperatura de fermentación, los tiempos de envejecimiento si el caso, el tamaño de las barricas… Gracias a todos estos factores el resultado final son unos vinos cada vez más apreciados y premiados en todo el mundo.
Vendimia completada.
Desde el Consejo Regulador de la DOP Méntrida cuentan que la vendimia de este año, excepto en el caso de muy pocas parcelas, está ya terminada. Esperan una producción algo menor que la del año pasado, pero la uva es de una altísima calidad, lo cual facilitará que las bodegas puedan elaborar estupendos vinos. No en vano, la prestigiosa Guía Peñín tiene vinos de Méntrida con valoraciones de 93 y 94 puntos, aseguran desde la DOP. Cada año se venden entre 500.000 y 600.00 botellas, de las cuales más o menos una cuarta parte viaja fuera de nuestras fronteras a destinos como Estados Unidos, China, Japón y países europeos.
Además de apoyar a los agricultores y ganaderos y colaborar en la promoción de los productos agroalimentarios castellano-manchegos con IGP y DOP, Campo y Alma cuenta con una plataforma de compras en internet. Se trata de market.campoyalma.com, a través de la cual los consumidores tienen la oportunidad de adquirir, directamente al productor, sin intermediarios y con solo un clic, un enorme abanico de alimentos: aceites, vinos, quesos, verduras y hortalizas, carnes, azafrán, miel, conservas, alimento ecológicos... En la plataforma se pueden encontrar tanto productos amparados por DOP o IGP como otros que no cuentan con esas figuras pero son también de altísima calidad y están cultivados, criados o elaborados en Castilla-La Mancha. Además, consumiendo alimentos procedentes de nuestra región se colabora en la lucha contra la despoblación y el cambio climático gracias a la manera en la que son producidos, siempre con respeto por el medio ambiente y en zonas desfavorecidas.