Instalación y mensaje

Antonio Díaz
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La Casa Perona presenta 'En femenino singular' una colectiva en la que las protagonistas trabajan distintas disciplinas, como María José Fernández, que apuesta por el objeto

María José Fernández muestra una de las obras que expone en la Casa Perona. - Foto: Rubén Serrallé

La Casa Perona presenta, hasta el viernes, En femenino singular, una exposición colectiva en la que participan varias artistas, con diferentes disciplinas, de la pintura a la fotografía, pasando por la escultura o la alta costura. Una de estas es la instalación, de la que se ha encargado María José Fernández. La instalación es un género de arte contemporánea, quizá más desconocido. Por eso la artista nos acerca este tipo de obras y comentó a La Tribuna de Albacete que «mi participación en el proyecto se debe a Kike Chumillas, que tuvo la idea y que cada una representáramos una disciplina».

Para esta exposición, apuntó María José Fernández,  «tenía obra siempre voy tomando notas, hice fotos y haciendo cosas, en este caso, dos instalaciones».

Recordó la artista que «hice Bellas Artes y me dedicaba a la escultura, que siempre me ha llamado la atención y, además, siempre me interesó el mensaje, utilizaba mucho los objetos, en vez de fabricar esculturas, utilizaba cosas que tenía a mi alrededor, objetos a los que daba un sentido y mensaje, componía con ellos. Luego, entre en contacto con fotógrafos y hice imágenes de muchas de esos objetos y acciones. Yo expongo muchas veces el objeto con el que he trabajado, junto con las fotografías, son instalaciones».

Una instalación, según explicó «tiene que ver con el trabajo con elementos, componiendo con objetos, incluso con pintura, pero no es tan importante solamente el cuadro, sino cómo lo colocas en un contexto, dialogando, incluso con otras técnicas y hay como una especie de mezcla».

Las instalaciones, valoró «tienen como un mayor mensaje, un trasfondo, como un conjunto de disciplinas, técnicas y mensajes que se suman. En esta exposición, por ejemplo, se pueden ver unas fotografías que, como te decía, fue una acción, utilicé como modelos a mis hijos, caminando por un campo manchego, con unas maletas, una acción a la que daba el significado de paso, de abandonar una zona árida, esa juventud que tiene que marchar en busca de otros sitios. Puedo utilizar a cualquier persona, en este caso a mis hijos, con ese paisaje, se pueden ver tres fotografías, pero hay muchas más, en una obra que se llama Horizontes lejanos, porque además hay una línea que he hecho con lana, a mi altura,  a modo de línea de horizonte y, esa línea acaba con una palabra, Meta, que está en un cuadro, así que hay  fotografía, acción, como una performance, en la que compongo un mensaje en la instalación».

La segunda instalación en esta exposición, confirmó María José Fernández, «es Agua, un objeto, un juego con plástico, que parte de una foto que hice de agua residual llena de jabón. La hice utilizando también a mis hijos jugando en esa agua con jabón con un barquito;  sólo se ven los pies, el barquito y el agua, llena de jabón, y de esa fotografía sale un plástico, he hecho como una especie de bañera, con plástico y barquitos. Acción y objeto en la composición».