«Todo el conjunto del Colegio Notarial es una maravilla»

Josechu Guillamón
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«Sin lugar a dudas, la estancia más significativa del colegio es el salón de actos»

Imagen de Vicente Carrión con su nuevo libro. - Foto: José Miguel Esparcia

Vicente Carrión Íñiguez, catedrático y doctor en Geografía e Historia, presentó ayer su libro 'El Colegio Notarial del Territorio de Albacete. Hoy Colegio Notarial de Castilla-La Mancha. Aspectos históricos y artísticos', en colaboración con la institución, el Instituto de Estudios Albacetenses y la Diputación Provincial.

¿Por qué hacer un libro del Colegio Notarial?

Es un libro que, desde mi punto de vista, faltaba por hacer. Se han hecho diversos estudios parciales, pero no una historia completa desde la creación del Colegio Notarial de Albacete en 1862, con la promulgación de la Ley del Notariado, hasta nuestros días, con los cambios que ha habido, como la integración en la Comunidad Económica Europea, el paso a Colegio Notarial de Castilla-La Mancha, porque ya no se llama Colegio Notarial de Albacete, en la que ya se integran todas las provincias de la comunidad y Murcia se separa.

Era un libro que había que hacer, porque se recogen parcialmente, porque esto no es un estudio cerrado, los aspectos más representativos de la historia Colegio Notarial de Albacete, que no sólo era de Albacete, sino que también era de Murcia, Ciudad Real y Cuenca.

Ha hablado de cambios importantes en la historia del Colegio, como cuando Murcia deja de pertenecer al mismo y su transformación en Colegio Notarial de Castilla-La Mancha, ¿por qué se producen estos cambios?

Hay varios factores, la nueva articulación, la entrada de España en la Unión Europea en 1986 y la creación de un nuevo mapa autonómico. En el año 2000 España está totalmente integrada en la Comunidad Económica Europea y es cuando se crea el Consejo Europeo de Notariado y España se integra. Ahora el notario depende de la legislación nacional, pero está integrado también dentro de los organismos correspondientes de la Unión Europea.

El libro abarca no sólo el tema histórico del Colegio Notarial, sino también el artístico, porque es un edificio emblemático de la ciudad.

El Colegio Notarial es un edificio singular, de los mejores que hay en España. Cuando se crea el Colegio Notarial en 1882 había cuatro notarios en Albacete cada uno tenía su casa y se decide alquilar unas casas, y el Ayuntamiento les cede dos habitaciones, hasta que ya llegados a principios del siglo pasado, la Junta Directiva del Colegio decide hacer un edificio y ahí, poco a poco, primero adquieren un local, junto al edificio emblemático del Banco Central, una pena que no se haya conservado. Así se inicia la construcción de este emblemático edificio que, sin duda, es uno de los más bonitos de Albacete.

¿Cuándo se construyó el edificio?

En febrero de 1923 ya propone el decano la construcción de un edificio nuevo. A partir de ahí los  pasos son buscar fondos para financiarlo y encontrar un solar, cosa que hacen rápidamente. La obra se encarga a dos arquitectos, Manuel Muñoz Casayús y Julio Carrilero Prats, para posteriormente pasar a dirigir únicamente las obras Julio Carrilero Prats, que es un arquitecto que tiene otras obras emblemáticas en Albacete, como la Plaza de Toros, el Instituto Bachiller Sabuco o el Casino Primitivo, por citar algunas de ellas.

En el Colegio Notarial se encuentra una de las esculturas más emblemáticas de la ciudad, que es la de La Fe, que representa la Fe Pública.

La estatua de La Fe es la que corona la fachada, el antepecho se remata con una cornisa, en la que se encuentra la estatua de La Fe, una estatua hecha en piedra, de tres metros. El que hizo la estatua es el gran escultor del Colegio Notarial, que es Ignacio Pinazo Martínez, que de 1917 a 1935 tiene un estudio abierto en Albacete. Hay que destacar que hay dos estatuas de La Fe, una es la que corona la fachada principal; que un principio en un primer diseño, la estatua de La Fe aparecía sentada; y luego hay otra pequeñita, que se encuentra en el interior del Colegio, de bronce y, posiblemente la pequeña fue el modelo que se utilizó para realizar la grande.

El exterior del Colegio Notarial es conocido por los albacetenses, por su belleza y por su carácter histórico y artístico, pero el interior del edificio es más desconocido, aunque también es muy bonito.

Todo el conjunto del Colegio Notarial es una maravilla y, sobre todo, está magníficamente diseñado. La fachada según el proyecto de Julio Carrilero es una fachada articulada en tres cuerpos y tres calles y en medio de ellas predominan las columnas. El acceso al colegio es por una puerta de hierro, que es fantástica, es una obra de forja impresionante de José Tejado Romero. La familia Carrilero me dejó el dibujo que hizo Julio para que Tejado Romero hiciese esa magnífica puerta y además otros elementos decorativos, como la barandilla que sube del primer piso al segundo.  

En cuanto al interior es realmente magnífico, se han cuidado todos los detalles, en todos los despachos, pero sin lugar a dudas la estancia más significativa es el salón de actos.