Cuando una pareja se casa por la Iglesia, lo normal es que lo haga en la parroquia de la novia o en su defecto, en la del novio, pero existen ocasiones en las que por gustos personales o sentimentales eligen otras.

Casarse en una parroquia que no es la propia no es algo extraño y es fácil de llevar a cabo, tal y como señala el vicario judicial de la Diócesis de Albacete, Pedro Roldán Cortés. «Se solicita en la parroquia lo que se llama una fuga de parroquia, en la que el párroco da permiso para que la boda se realice en otro sitio».

Las razones por las que se elige una parroquia u otra son variadas. «Cuando hacen esta petición generalmente es porque se busca la iglesia más artística. Los novios buscan ese lugar al que le tienen cierto cariño o que les atrae por la estética, por el ornamento, por la arquitectura o por la decoración».  

En Albacete hay unas parroquias que gustan más que otras. «Las más solicitadas en Albacete son la Catedral de San Juan y la iglesia de Santa María del Salvador de Chinchilla de Montearagón, son muy buscadas».

Pero también hay otras parroquias que tienen mucha demanda. «También son buscadas Franciscanos, El Pilar y Fátima. Ahora también se pide más la parroquia Nuestra Señora de las Angustias y San Felipe Neri, está siendo muy solicitada».

También hay personas que quieren casarse en una iglesia determinada por razones sentimentales. «En ocasiones también nos piden casarse en la parroquia donde se casaron los padres, porque se impone la parte sentimental, emocional».

Aunque hay unas iglesias más solicitadas que otras, Roldán señala que no suele haber cola para casarse, aunque admite que hay veces que la gente no puede hacerlo a la hora que tenía previsto.

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