El IEA estrena nueva sede en el renacido Chalé Fontecha

E.F
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El histórico edificio, declarado Bien de Interés Cultural, se abre tanto a investigadores como a ciudadanos para ser una ventana abierta al patrimonio histórico, cultural y natural de Albacete

Santiago Cabañero y Antonio Selva fueron los ‘cicerones’ de las autoridades y los invitados a la ‘reinauguración’ del Chalé Fontecha. - Foto: R.S.

«Siempre es un buen momento para comenzar el futuro». Ésta fue la frase con la que el presidente de la Diputación Provincial, Santiago Cabañero, abrió ayer su discurso, el de la 'reinauguración' del Chalet Fontecha como nueva sede del Instituto de Estudios Albacetenses (IEA).

En realidad, la frase no era suya, sino de Manuel Pérez Castell, recientemente fallecido. La usó como un sentido homenaje al ex alcalde de Albacete, justo el día de la reapertura «de un edificio único, que renace para la cultura y la ciudadanía de Albacete». 

En un acto celebrado en  los jardines del Chalet Fontecha, ante los miembros del IEA, diputados, alcaldes, concejales y autoridades, señaló que en su nueva encarnación «se trata de un edificio accesible y democrático, un edificio que fue privado, pero que ahora se convierte en un espacio público, un punto de encuentro para nuestra historia y nuestro saber colectivo».

El edificio dispone de salas de archivo, de una renovada biblioteca, de espacios técnicos y administrativos pero, por primera vez, también de salas de actos, de exposición y de unos jardines replantados con especies autóctonas que permitirán al IEAcumplir con una nueva y deseada función, según detalló en su intervención su director, Antonio Selva. 

«No teníamos espacio para hacer exposiciones o actos», dijo en referencia al Centro de la Asunción, la antigua sede, «y ahora podemos ser una ventana abierta a toda la provincia, una ventana que además nos hace más visibles», a la hora de desarrollar las funciones de investigación, conservación y difusión que son la esencia misma del Instituto.

Por todo ello, Selva dio las gracias a los trabajadores del IEA, a los de la Diputación y a todos los diputados provinciales que «de forma unánime» apoyaron el traslado de la institución de un edificio centenario que ya está listo para cumplir 100 años más.