Lanzan la iniciativa 'Madrid, territorio manchego'

E.M.
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La Casa Regional está detrás de la idea que pretende involucrar a un destacado grupo dealbacetenses de la diáspora

José Fernando Sánchez, presidente de la Casa Regional de la capital de España. - Foto: C.P.

La sexta provincia de Castilla-La Mancha, como le gusta denominarla en ocasiones a José Fernando Sánchez, presidente de la Casa Regional de la capital de España, «tiene mucho que decir y que aportar a Madrid ». Algo que, sobre todo por nuestro carácter sencillo y noble, no hemos sabido aprovechar como los nacidos u oriundos de otras regiones o autonomías. De ahí la original iniciativa en este nuevo curso de la entidad, bautizada como Madrid Territorio Manchego, para potenciar al máximo y sacar rendimiento a todo lo que los castellano-manchegos de la diáspora pueden -«y deben», puntualiza-, sumar y aportar.

Para ello cuenta con tantos destacadísimos personajes de la cultura, las artes, las ciencias y otros campos que residen en Madrid. Entre ellos, por supuesto, gran número de albacetenses o con raíces albaceteñas. Para el mandatario, esta novedosa idea, que de inmediato se va a convertir en una de las actividades de la Casa, está contrastada en muchos sentidos, porque ya en lo histórico los manchegos han estado ligados durante siglos a la capital.

«Madrid es uno de los mayores mercados de mercancías servicios y fuerza de trabajo de Castilla La Mancha. Barrios enteros están llenos de ciudadanos nacidos en nuestra región, y en todos los sectores profesionales destacan mujeres y hombres de raíces asentadas en nuestra tierra». Por lo que tiene claro que el fenómeno de la influencia de la metrópolis y sus oportunidades en coincidencia con el tesón como valor de paisanos y paisanas, consolidan esa situación.

Pero ahora explica que es necesaria y fundamental la amplia implicación de los medios de prensa, especialmente los locales y territoriales de las cinco provincias autonómicas - «cual lleva años haciendo La Tribuna », comenta- para comprender la importancia de este aspecto. «Por eso nosotros, en este concepto de Madrid como sexta provincia, tenemos una posición de puertas abiertas para que los castellano-manchegos de la diáspora se acerquen a la Casa para ayudar a sostener este proyecto en crecimiento y adaptación a los nuevos horizontes».

Antes de continuar con otras de las novedades que «la embajada sentimental y casi oficial» de la Casa, como le gusta definirla a su presidente, éste quiere destacar la enorme colaboración que encuentra siempre en la Asociación Cultural Albacete en Madrid, la más dinámica junto a la de Tomelloso de todas y cada una de las que tienen su sede en común.

«Tengo que felicitar públicamente a tu paisanos, porque desarrollan durante todo el año un intenso prograconocer, en un breve repaso, lo que ha sido el curso anterior, cuarto desde su llegada, junto a su directiva, a la presidencia de la entidad. Destacando, por encima de todo, la enorme actividad cultural, con sus 10 Aulas funcionando, entre ellas, claro, la taurina, y los más de un centenar de eventos celebrados de septiembre del año pasado a junio de éste. «Unas señas de identidad con lo cervantino siempre, y buscando el acercamiento a las iniciativas y preocupaciones de la región y su ciudadanía».

Con varios proyectos pendientes, aparte de Madrid Territorio Manchego, fundamentalmente en el mejoramiento de las aulas y los dos conjuntos musicales -la Coral Jacinto Guerrero y el grupo de Folklore Hidalguía y la consolidación de dos veteranas actividades que casi habían desaparecido y volvieron en el primer trimestre de este año: el cine fórum, que dedicará un ciclo a José Luis Cuerda, y el grupo de teatro para aficionados. Sin olvidar repetir mensualmente, en lugar de trimestralmente, lo que ha sido un tan increíble como inesperado éxito de las denominadas lecturas populares del Quijote, siempre a cargo de miembros de la entidad y a veces con algún personaje regional famoso como invitado especial. Siendo precisamente el albacetense Julián Valcárcel quien más repitió, a petición, tras cada una de sus participaciones anteriores, de los socios que habían asistido y de habían deleitado con las mismas, «porque no leía, sino que interpretaba cada personaje », precisa José Fernando.

Y, por último, el crecimiento del servicio de publicaciones, la extensión de la revista Besana, las jornadas de  microhistoria y la convocatoria de artes plásticas de Estampas Manchegas. Claro que para todo ello es fundamentalísimo que se consiga la consolidación de más fuentes de provisión económica, «porque de no alcanzarlo, de nada serviría tantos planes a corto y a medio plazo».

Una sunto en el que, unido a la imprescindible incorporación al proceso de nuevas generaciones, debe ir paralelo al crecimiento de socios amigos y colaboradores que son, y deben ser, la savia de la Casa. Los fallos en este doble asunto financiero y de rejuvenecimiento de los socios, así como de los directivos, son los que han causado que gran número de las Casas Regionales y de las Provinciales hayan desaparecido tras el boom que disparó su creación en los años 50 con la llegada de tantos emigrantes a Madrid.

De hecho la de La Mancha, como fue su denominación al fundarse, nació en 1951 y cambió a su actual nombre un cuarto de siglo después al llegar el sistema autonómico como organización del Estado. Pero junto a los ya mencionados asuntos de la economía y la necesidad de gente joven, José Fernando agrega como explicación a esta crisis de las Casas el desarrollismo económico desde entonces, la mejora de las vías de comunicación, la revolución tecnológica y el intenso asentamiento de los emigrantes ya en Madrid, cuyos hijos en muchos casos tienen menos contacto con la tierra de sus padres, a la que ya no pueden sentir igual, han transformado profundamente la situación.

De momento no es el caso de la embajada sentimental de nuestra región, de lo que se congratula su máximo mandatario. Pero insiste en que para mantenerla «en este Madrid Territorio Manchego hay que seguir trabajando y siempre con el apoyo de los socios para que presuman de su tierra y, dentro de sus posibilidades, ayuden a que se valore más».