El que no se consuela es porque no quiere. Un décimo de un quinto puede parecer poco, a menos que trabajes en la Administración número dos de La Roda.
Esta mañana, Amparo García Toboso y sus hijos celebraban haber vendido un décimo del 87.092 con el mismo entusiasmo que si fuera una serie entera del primer premio.
El motivo es simple, este pellizco es un hito más en la historia de una oficina multipremiada, con un segundo, un cuarto o un quinto en el sorteo de Navidad y además con un tercero del Niño.
Ahora, además de la alegría, aún queda precisamente el sorteo del 6 de enero, cuyas ventas están muy animadas desd que se supo que la suerte pasó por la Roda. Otra vez.