En una sociedad donde el ritmo vertiginoso del presente amenaza con difuminar las raíces del pasado, es justo y necesario detenernos a celebrar aquellas instituciones que han forjado el tejido social, cultural y educativo de nuestras comunidades. El Instituto de Educación Secundaria Universidad Laboral de Albacete, más conocido como la Uni, cumple medio siglo de existencia. 50 años que no sólo se traducen en cifras, sino en miles de historias, esfuerzos compartidos, sueños construidos y generaciones transformadas.
Desde su fundación en 1975, cuando abrió sus puertas a 420 estudiantes con una plantilla de apenas 32 profesores, este centro ha crecido hasta convertirse en un pilar de la educación en la provincia. Hoy son 1.300 los alumnos que llenan sus aulas, pasillos y talleres, y más de 50.000 quienes han pasado por sus instalaciones a lo largo de estos años. Pero más allá de los números, lo que verdaderamente define a la Uni es su capacidad para adaptarse a los tiempos sin perder su esencia.
Lo que comenzó como una apuesta por la formación integral, con enseñanzas regladas y no regladas, formación profesional y una residencia escolar, se ha consolidado como un centro que apuesta por la innovación educativa, la inclusión, la diversidad y la internacionalización. Programas bilingües, intercambios europeos, ciclos de vanguardia como el de Animación 3D, y una comunidad educativa que no ha dejado de crecer, son prueba de ello.
La dirección actual, con Vicente Cuesta al frente, recoge el testigo de figuras históricas como Benito Hernández o Francisco Quintanilla, no sólo en la gestión académica, sino en la vocación por hacer del instituto un verdadero hogar educativo. Porque la Uni no es únicamente un edificio –aunque su imponente arquitectura y residencia estudiantil lo sean–, es un espacio de convivencia, de oportunidades, de memoria viva. Como bien dijo el propio director: cada aula y cada rincón guardan historias que han dejado huella.
Resulta especialmente significativo que en un momento en que muchos centros luchan contra la despoblación educativa o el desinterés por la FP, la Uni vea cómo crece la demanda, hasta el punto de solicitar nuevos ciclos formativos para dar respuesta a un alumnado que quiere formarse en su tierra, con calidad y proyección.
Que la Universidad Laboral de Albacete haya cumplido 50 años no significa que llegue a su fin una etapa, sino que comienza un nuevo capítulo, lleno de retos, sí, pero también de promesas. Ojalá que dentro de otros 50 años puedan volver a mirar atrás con el mismo orgullo y gratitud.