Anselmo Gómez regresa al mundo de la literatura con una nueva novela, El buen amigo. El autor comentó a La Tribuna de Albacete las singularidades de la obra, publicada por Caligrama, en la que también ha colaborado el Ayuntamiento de Albacete, a través de sus líneas de ayuda. 

¿Es su quinto libro?

Sí, creo recordar que es mi quinto libro. Es la tercera novela, después de Blanca y Amores pusilánimes, y también tengo otro libro de relatos, El sueño de las ballenas. 

¿Cómo ha evolucionado su escritura novelística?

Sobre todo, ha habido cambio de género, dentro de la narrativa, entonces siempre me manejo en la ficción contemporánea, pero el estilo suele ser el mismo, realismo sucio con unos toques líricos y  poéticos. Una novela podríamos situarla en el género erótico, otra ha sido histórica y El buen amigo está dentro del género negro, podemos decir.  

¿Novela negra?

Sí, El buen amigo es una novela negra. En principio en una pareja que parece que tiene una vida monótona, aparece un amigo de la infancia del marido, el buen amigo, se supone. Entonces, existe una relación clandestina entre la mujer y ese amigo y al final deciden asesinarlo, suplantar la identidad del marido y adueñarse de su fortuna. Claro, librarse del marido, no es tan fácil.  

¿Algo premeditado?

Pues la verdad es que no me lo planteo cuando empiezo a escribir una novela. Escribo, a lo mejor de una forma rara, porque suelo escribir historias como si fueran piezas de un puzle y, luego armo el puzle con todos esos relatos, le voy dando forma y entonces es cuando me doy cuenta si la novela tira a un género u otro. En este caso vi que la relación amorosa no iba a terminar nada bien, sabía que tenía que haber algo más y se me ocurrió dirigirme más al tema negro. La editorial, hace una reseña en contraportada, donde dice que no es una novela superficial, sino que está cargada de existencialismo también y de la vida oscura de los personajes. 

¿Cuánto tiempo le llevó este proyecto?

Suelo tardar en escribir una novela dos años, no llevo mucha prisa, lo que pasa es que luego me demoro bastante en las correcciones y en los últimos toques, porque como me meto en otras cosas, me cuesta terminar el proyecto que tengo entre manos. 

Literatura, pintura, ¿dónde se siente más cómodo?

A veces lo dicta el día a día de tu vida, el espacio y la situación que estés viviendo en ese momento te lleva a utilizar un medio u otro para expresarte. También las amistades e inquietudes influyen. La verdad, como comentaba, es que no me lo planteo. Me marco unas metas y las cumplo o no y ahora mismo, he publicado la novela y quiero seguir, aunque tengo en mente que en octubre tengo otra Bicicleta Azul y el año que viene una exposición de pintura. Lo que intento es no llevar dos cosas al mismo tiempo y puede que esté una temporada escribiendo y no cojo los pinceles y si estoy pintando, a lo mejor recojo alguna frase, alguna idea, pero no escribo. 

¿Habrá presentación?

No habrá presentación oficial porque hay muchísimas ya en la ciudad y no podemos dar cabida a tantas cosas. Es un compromiso para los conocidos y, a menudo, se convierte en un acto que resulta un poco vanidoso, por los piropos del presentador. Lo estoy moviendo en redes sociales y espero que la gente que la lea la recomiende y el único acto público será en el Día del Libro, cuando firme en las casetas de Herso y Popular. Está disponible en todas las librerías, porque es un sello editorial nacional, Caligrama.

¿Tiene ya pensado algo sobre la nueva novela?

Sí, se va a ambientar en el mundo cultural de Albacete, en los años 80-90 y en la actualidad. Va a ser una novela contemporánea con un toque de fantasía. 

¿Con personajes conocidos de ese ambiente cultural?

Estoy hablando con mucha gente para que me cuente anécdotas y vivencias, que serán reales, pero con personajes de ficción. Habrá nombres reales como reconocimiento a su trabajo.