El Ayuntamiento de Madrigueras y el Instituto de Estudios Albacetenses (IEA) apadrinaron la presentación del libro Álbum Familiar de Madrigueras, una iniciativa que cubre siglo y medio de historia a través de la fotografía.

La historia de este libro tiene detrás una iniciativa que nació como algo muy pequeño y que, poco a poco, creció hasta convertirse en una red de más de 2.000 personas repartida por varios países, todas unidas por su cariño al pueblo.

Pilar Garrido, una de las personas que forman el grupo de coordinación, recordaba que «todo empezó en 2018 con un grupo de Facebook que se llama Madrigueras y sus Raíces basado en una idea muy simple, compartir nuestro pasado».

Poco a poco, foto a foto, el grupo empezó a crecer en fondos y en miembros, hasta llegar a los 2.227 actuales. Se creó una base de fotos de más de 3.000 originales, muchos de ellos de autores anónimos, otros no tanto, más bien el revés.

«Hay fotos de Belda, de Linares, de Escobar o del propio suegro del pintor Joaquín Sorolla, que se llamaba Antonio García» y que es autor de algunas de las imágenes de mayor antigüedad.

Entre las fotografías que integran este archivo, hay algunas de auténtico interés para la historia de la fotografía, como un original de 1875 en cristal, realizada con una antigua técnica conocida como 'colodión húmedo'.

Hay un original de 1889, de la formación de aquella época de la banda de música, o de la inauguración en 1914 de una de las primeras líneas de autobuses de pasajeros, la que se conocía como la de El Progreso.

Pero lo bonito, destaca Garrido, son las historias humanas que hay detrás. «Gracias a este grupo, hay hijos y nietos de la emigración que han vuelto a conectar con sus raíces a través de las imágenes del pueblo de sus ancestros».

En varias ocasiones, se pusieron en contacto personas de Francia, de Alemania «y hasta de Brasil» que aportaban fotos, documentos, partidas de nacimiento que, tras difundirse en el grupo, sirvieron para que los madriguerenses de otros países retomasen el contacto.

Llegó un momento que el proyecto creció de tal forma que, antes de la pandemia, se hicieron varias exposiciones. Pero con paciencia y el apoyo de las instituciones, aún faltaba un peldaño más por escalar, editar un libro.

«El libro fue posible gracias al apoyo económico del Ayuntamiento y al apoyo técnico del IEA», sin los cuales hubiese sido imposible catalogar, ordenar y seleccionar un volumen ingente de documentación.

El acto tuvo lugar el lunes, en la Salón del Cine Parroquial, y a pesar del día y la hora, las siete de la tarde, la respuesta del público fue «enorme», tanto como la historia que cubre, cerca de siglo y medio de una misma comunidad.