El Albacete recibe al Sporting de Gijón en el Carlos Belmonte con la necesidad de frenar la sangría de goles que se ha incrementado en las últimas jornadas y han provocado resultados negativos. Metido en la mitad de la tabla, el equipo de Rubén Albés no tiene problemas clasificatorios, pero no puede descuidarse y por ello debe frenar esa mala dinámica con un triunfo que, obviamente, no será fácil frente a un rival que se codea con la parte alta en este primer tramo de la competición liguera.
Dos derrotas consecutivas, en las que se han encajado cinco goles, han provocado la preocupación en el entorno del Albacete. La facilidad con la que sus porteros encajan no deja al equipo asomar la cabeza por la parte de arriba, problema que se incrementa esta semana con la acumulación de bajas que obligará a Rubén Albés a presentar una alineación casi de circunstancias.
Se prevé relevo en la portería, con la vuelta de Bernabé Barragán, arriba todo dependerá de la situación de Higinio y Quiles, porque el técnico puede salvar el once con Escriche, Fuster y Juanma, pero no le quedaría nada de pólvora en el banquillo. Otro problema es sustituir a uno de esos jugadores imprescindibles, sobre todo por su total entendimiento del juego que realiza el técnico, pues Olaetxea se mueve durante todo el partido entre el centro de la defensa y el centro del campo y esa versatilidad y conocimiento del juego no se encuentra en cualquier jugador.
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