El retorno del Deportivo de La Coruña a Segunda División supuso recuperar para el fútbol profesional a uno de los clubes ilustres que cayeron en su momento en el foso de la Segunda División B (con cualesquiera nombres que se le quiera atribuir) de la que ha conseguido salir no sin muchas dificultades.
El Deportivo visitará el próximo viernes el Carlos Belmonte, un escenario en el que ha cosechado resultados diversos. En la retina de los aficionados todavía figura el célebre Riazorazo con que se conoce al último ascenso del Albacete a la categoría de plata, acontecido hace año y medio, después de dejar con dos palmos de narices al cuadro gallego, el gran favorito, que mordió el polvo ante su púbico en la prórroga de la última eliminatoria a manos del entonces conjunto de Rubén de la Barrera.
Aquella victoria generó una suerte de épica que permanece en la memoria del aficionado, aunque los enfrentamientos entre ambos equipos van mucho más allá en el tiempo.
Las visitas del Dépor al Carlos Belmonte ilustran de forma fidedigna la historia reciente del Albacete Balompié en Primera y Segunda División. La primera (85-86) se saldó con victoria blanca, aunque no le sirvió para mantener la categoría. La segunda, saldada también con triunfo, resultó fue muy diferente por el gran valor de los dos puntos (todavía no había cambiado el sistema de puntuación), hasta el punto de que el equipo de Benito Floro y el Deportivo acabaron ascendiendo en detrimento del Real Murcia, los tres en un pañuelo de un solo punto.
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