Fonseca tuvo un excesivo premio del mejor 'samuel'

Pedro J. García
-

El diestro mejicano cortó la primera oreja del abono tras una faena irregular, mientras que Palacios y Galván se fueron de vació

Pase de pecho de Isaac Fonseca. - Foto: José Miguel Esparcia

La tarde, antes de que sonasen clarines y timbales para anunciar la salida al ruedo del primer toro del abono albacetense, Peinaguapas, del hierro de Isabel Flores, tuvo su momento sentimental en recuerdo de Juan Cantos Pimpi de Albacete, fallecido el pasado 20 de agosto. Se fue uno de los últimos románticos del toreo y tuvo su homenaje, media hora antes del festejo, al descubrise una placa en su memoria, en la puerta de los corrales de la plaza, debajo de su azulejo. Además, al término del paseíllo se guardó un respetuoso minuto de silencio que, allá donde esté, con su gorra blanca en la cabeza y una vara en la mano, seguro que provocó las lágrimas de un Pimpi que también tuvo el reconocimiento de la empresa, con un cuadro que regaló a los integrantes de su cuadra.

Con esta carga de emotividad comenzó la primera de abono, que tuvo en Isaac Fonseca a su triunfador, merced a la oreja que cortó al tercero de la tarde, el más potable de los samueles, un toro con el que no se acopló en su faena. Por su parte, Andrés Palacios, que dejó pinceladas en su primera faena, y David Galván, que tuvo entrega, se fueron de vacío

Peinaguapas fue el primer toro del abono, que correspondió en suerte a Palacios. Sin entrega de salida, poco más que lances de recibo le pudo recetar el albacetense, quien, tras el paso por el caballo del astado, donde apenas se entregó, realizó un ajustado quite por chicuelinas, rematado con media verónica de buen gusto.

Brindó su faena al maestro Juan Martínez, pregonero de la Feria Taurina y que el próximo día 12 cumplirá 50 años de alternativa. De torero de buen gusto a otro de similar condición. La faena de Palacios comenzó con muletazos por bajo, ajustados, y el de desprecio para rematar. En la siguiente tanda le costó más repetir al astado, pero después llegaron dos más, con la mano derecha, más ligadas y templadas, pero cuando el noble toro se vio superado se rajó. Lo intentó por el pitón izquierdo, de peor condición, más corto en sus embestidas, y en el remate de la serie fue prendido, por lo que tuvo que pasar a la enfermería, donde fue intervenido al término del festejo de una cornada interna en el muslo derecho, con pronóstico leve. Con una estocada desprendida y trasera remató una faena que fue de más a menos por la falta de entrega del astado. Ovación para el diestro y algunas palmas para el toro.

Con la citada cornada interna, salió Palacios de la enfermería para dar cuenta del segundo de su lote, un toro que nada más saltar al ruedo se daño al rematar contra un burladero y fue devuelto. El cuarto bis fue un sobrero, también del hierro de Isabel Flores, deslucido. No se entregó en los primeros tercios y en la muleta de Palacios no cambió el panorama, siempre a media altura, defendiéndose y sin entrega ninguna. Lo intentó el torero local por ambos pitones, pero poca agua se podía sacar de ese pozo, por lo que el diestro decidió irse a por la espada y dejó media estocada que fue suficiente para dar muerte al astado, que fue pitado en el arrastre. El diestro escuchó palmas.

Abanto, típico de este encaste, fue el segundo de la tarde, sin entrega en el capote de Galván y perdiendo las manos. Se dejó en el caballo y tras un buen tercio de banderillas se desmonteraron Juan Carlos Rey y David Pacheco. Brindó al cielo y al respetable antes de iniciar una faena que fue de menos a más, dándole intensidad el diestro con su entrega, porque el astado de Samuel Flores se apagó pronto. Primeros pasajes con la mano derecha a un toro tan noble como soso, que no mejoró por el pitón izquierdo, también sin humillar, todo a media altura. El toro buscó las tablas y allí llegaron los momentos más intensos de la faena, más en la distancia corta, atacando el diestro, que ligó varios circulares meritorios. Tras un pinchazo, dejó otro hondo, pero se quedó en la cara del toro y fue prendido y herido, por lo que tuvo que pasar por la enfermería, también con una cornada interna. Silencio tras el arrastre del toro.

El segundo de Galván, con el hierro de Samuel Flores, fue el que más se entregó en el capote, permitiendo al gaditano ligar las verónicas, rematadas con una revolera. Todo hacía indicar que se podía cumplir el dicho tan taurino de que no hay quinto malo, pero fue todo un espejismo, porque a partir de ahí no hizo nada bueno el astado. Se dejó en el caballo y en banderillas esperó, llegando a la muleta sin entrega alguna y con peligro, colándose a las primeras de cambio. Galván, con entrega, lo intentó por ambos pitones, pero fue imposible ligar dos muletazos a un toro que volvió a colarse cuando toreaba al natural. No estuvo certero con la espada, dejando un pinchazo hondo y atravesado, que necesitó de un descabello para finiquitar al burel. Pitos para el toro y ovación para el torero.

El único trofeo. El tercero, también con el hierro de Samuel Flores, fue frío de salida y después echó la cara arriba en el capote de Galván. En el caballo se dejó, al igual que en banderillas, pero en la muleta el astado tuvo unas claras y francas embestidas por el pitón derecho, en series que ligó el diestro, pero por momentos desbordado y sin terminar de acoplarse al toro para lograr un mayor lucimiento ante un astado noble y con entrega, al que inició la faena en los medios, con tres pases cambiados. Bajó la faena en el toreo al natural, pitón por el que le costó más al toro, sacándole los naturales de uno en uno. Volvió sobre la mano derecha, pero el astado ya no la tomó con tanta franqueza, quedándose más corto en sus embestidas y reponiendo con celeridad. Remató la faena con ayudados por bajo antes de cobrar una estocada desprendida que fue suficiente para que el toro doblase y el diestro mejicano sumase la primera oreja del abono.

Fonseca, con una oreja en el esportón, tenía la esperanza de llevrse el lote de la tarde, pero pronto comprobó que falló el sexto. Sin entrega en los primeros tercios, llegó muy parado a la muleta de un Fonseca que, tras el trasteo inicial junto a tablas, sacó al toro a los medios y comenzó a torear, es un decir, al natural, porque al toro, muy parado, le costaba tomar la muleta. Lo intentó por el pitón derecho, con el mismo resultado, por lo que, tras varias intentonas más, desistió y se fue a por la espada. Necesitó de dos pinchazos y un tercero hondo para que el toro doblase. Su labor fue silenciada.

FICHA:

Ganadería.  Se lidiaron tres toros de Samuel Flores y tres de Isabel Flores, desiguales de presentación, serios, y de poco juego, el mejor fue el tercero.

Andrés Palacios. De negro y azabache. Ovación y palmas.

David Galván.De cobalto y oro. Silencio y ovación.

Isaac Fonseca. De púrpura y oro. Una oreja y silencio.

Incidencias. Más de media plaza.