La naturaleza es capaz de obrar milagros y una zona que está degradada puede convertirse en pocos años en un enclave de interés medioambiental, con riqueza de flora y fauna. Desde la organización medioambiental SEO-Birdlife han sacado este verano su último informe de áreas degradadas con posibilidades de rehabilitación. Lo que hacen con este estudio es «una selección priorizada de áreas degradadas de España con potencial y valor ambiental y con posibilidades de ser rehabilitadas». En Castilla-La Mancha han seleccionado tres, todas muy vinculadas al agua.
Una de ellas es la laguna del Saladar, que se encuentra en el término de Almansa, en la provincia de Albacete. Se halla entre la autovía que va a Alicante y la N-430. Se trata de un humedal de 126 hectáreas y SEO-Birdlife le da una prioridad media para su rehabilitación.
Los otros dos espacios que esta organización aconseja restaurar medioambientalmente están en la provincia de Toledo. Uno de ellos se ubica en el municipio de Seseña y consistiría en la recuperación del entorno del arroyo que lleva el mismo nombre que la localidad. En este caso se trata de un hábitat estepario, clave para aves cuya población está cada vez más en peligro como avutardas, sisones o gangas. De hecho está catalogado como IBA(área de conservación de aves). SEO-Birdlife da una prioridad media para su restauración y abarcaría 104 hectáreas.
El tercero de los enclaves castellanomanchegos que marca SEO-Birdlife se encuentra entre los términos municipales de Talavera y Las Herencias. Se trata de las graveras de Cabañuelas, hoy prácticamente un humedal que también tiene la catalogación de IBA. Es la única propuesta de la región para la que SEO-Birdlife establece una prioridad alta para su restauración. Serían alrededor de 57 hectáreas, que están entre el río Tajo y la depuradora de Talavera.