La UCLM solicitó siete familias de patentes

Dolo Cambronero
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Producir crocina en plantas modificadas para su uso farmacéutico y una terapia para inactivar virus y células tumorales son algunas de las invenciones

Imagen de los creadores del ‘tomafrán’. - Foto: Cedida

Además de las 81 invenciones de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) surgidas en el Campus albacetense que cuentan con protección intelectual e industrial en vigor, se han presentado otras siete solicitudes de familias de patentes que todavía están pendientes de resolución.

La investigadora María Lourdes Gómez Gómez, del Instituto Botánico, está detrás de tres de estas patentes que se han solicitado. En concreto, dos de ellas están relacionadas con la biosintesis de crocinas (es el componente que aporta el color rojo a los pistilos de la flor de azafrán) haciendo uso de plantas modificadas genéticamente mientras que la tercera consiste en una estructura de gel que sirve para inhibir la producción de hongos en un principio en jengibre pero que se puede extender a otros frutos o tubérculos.

Estas tres son las más recientes pero Gómez Gómez ha sido partícipe de más patentes. Todo se remonta al año 2001, cuando empezó a investigar sobre el azafrán y los pigmentos que le dan el color rojo. El grupo de investigación del que forma parte, Bioforce, logró desarrollar plantas de tomate que producen crocinas,  al que llamaron tomafrán. Tras lograr la protección de la invención, los investigadores, junto a inversores de Lérida, montaron hace tres años una spin-off para explotar su comercialización, con lo cual se cerró el círculo.

La investigadora reflexiona sobre el alto coste que tiene el azafrán, lo que hace inviable su utilización por parte de la industria farmacéutica o cosmética. Por ello, pensaron en generar plantas transgénicas en cultivos más económicos y de fácil manejo para obtener cantidades suficientes de crocina para este sector. Y se decantaron por el tomate.

 «Montamos la empresa y los tomates están creciendo. Tras la recolección de las crocinas, se empezarán a elaborar formulaciones dirigidas en un principio al sector cosmético. Porque estas tienen propiedades antioxidantes, antiinflamatorias y antienvejecimiento y también se pueden utilizar como protectores solares», relata la investigadora.

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