Acabar un ejercicio tan complicado como el pasado con 11 millones de nuevos clientes hace que Carlos Torres Vila esté satisfecho de cómo fueron las cosas, pero no quita la mirada de los retos es estos nuevos 12 meses con la mirada puesta en los efectos de segunda ronda de la inflación, si eso puede llevar también a subidas de tipos de interés o a mayores tensiones financieras al acecho.
¿Qué balance hace de 2022?
Ha sido de mayor dificultad, incluso de la que esperábamos, pero el balance ha sido muy bueno, por la fortaleza de las franquicias que tenemos en todo el mundo. Y eso nos ha permitido crecer rentablemente. Hemos añadido más de 11 millones de clientes en todo el mundo. Además, con una satisfacción cada vez mayor por el servicio que damos. Aunque todavía no hemos presentado las cifras del año completo, vemos crecimientos muy relevantes en inversión crediticia, subiendo a doble dígito, o el beneficio atribuido, creciendo casi un 50%.
Destaca especialmente México, donde seguimos siendo líderes, y además, somos la mayor y mejor fintech del país. Y en España donde, tras un período largo de muchos años de desapalancamiento, hemos visto fuerte crecimiento de actividad y también de beneficio atribuido.
También ha sido un año bueno para la remuneración al accionista. Hemos culminado el programa de recompra de acciones de 3.100 millones de euros, uno de los mayores de Europa. Y en cuanto al dividendo, si tenemos en cuenta el beneficio esperado y considerando también la política de payout del 40 al 50 por ciento que tenemos establecida, esperamos que el dividendo de este año supere con creces el del año pasado, de 31 céntimos de euro.
Todo esto ha llevado también a una buena evolución de la cotización del banco en Bolsa. Y ha sido un año de avances también para la plantilla. Hemos consolidado el modelo de teletrabajo, una forma híbrida, flexible. Hemos fijado el objetivo de que un 35% de los puestos directivos los ocupen mujeres ya el año que viene, y hemos tomado medidas para mejorar el poder adquisitivo de la plantilla en todos los países.
¿Y desde el punto de vista estratégico que destacaría?
Ha sido un año de avances significativos también. En el plano estratégico, en algunos temas concretos, como el que hayamos alcanzado un 86% de participación de nuestro banco en Turquía, un mercado clave para nosotros; como en temas más estructurales en los dos ejes claros de nuestra estrategia.
En el de la innovación, hemos sido pioneros en digitalización y continuamos viendo grandes ventajas que estamos aprovechando de estar al frente de la innovación. Algunos ejemplos serían la compra de una participación relevante en un neobanco en Brasil o la evolución de nuestro banco en Italia.
Igualmente ha sido un año de avances en el otro eje de la estrategia, que es la sostenibilidad, donde ya contamos con objetivos de descarbonización en seis de los sectores que más emisiones tienen. Son objetivos para el año 2030, en nuestro camino para alcanzar cero emisiones en el año 2050. Hemos triplicado el objetivo inicial de financiación sostenible hasta alcanzar los 300.000 millones. Y todo esto nos ha llevado, por tercer año consecutivo, a ser líderes en el ranking de sostenibilidad del índice de Dow Jones. En definitiva, ha sido un año de avances en el campo estratégico.
En el actual contexto de crisis energética, ¿en qué punto estamos de la transición hacia una economía descarbonizada?
La descarbonización es irrenunciable. Pero es un reto de gran magnitud que es posible lograr si conseguimos movilizar los recursos que canalicen las inversiones que permitan que el mundo funcione sin emisiones. Y para eso necesitamos mecanismos y regulación que incentiven esa inversión, sobre todo desde el sector privado. La buena noticia es que estamos viendo ya una ola de innovación espectacular, buscando soluciones a problemas complicados como poder fabricar acero y cemento sin emisiones, poder capturar CO2 del aire y almacenarlo o buscar formas de energía novedosas, distintas: la fusión nuclear y muchos otros campos donde esa innovación, esa ola, está desarrollándose. Por eso BBVA invierte en estos campos y en estas tecnologías a través de fondos de capital riesgo como Lowercarbon o Hy24 y algunos otros.
El año pasado fue de nuevo un año complicado en materia social y económica. ¿Qué espera para este?
Seguimos en un entorno de elevada incertidumbre. En el frente geopolítico, la invasión de Ucrania; tenemos también la situación de COVID todavía en China; en el particular, tensiones comerciales entre distintas zonas del mundo. En el frente financiero, tenemos que ver cómo se desenvuelven los efectos de segunda ronda de la inflación, si eso puede llevar también a subidas adicionales de tipos de interés o a mayores tensiones financieras. Y, en el campo de la desigualdad social, que puede ir en aumento en la medida en que los efectos de la inflación son asimétricos: afectan más a los que menos tienen. Dicho todo esto, es verdad que los datos recientes están viniendo mejores de lo que se aguardaba. Esperemos que eso continúe, pero no tenemos que bajar la guardia. Los episodios de inflación suelen ser duraderos. Creo que lo que tenemos que seguir trabajando son las recetas que sabemos que funcionan, las que fomentan el crecimiento sostenido a largo plazo. La inversión es fundamental, sobre todo la inversión privada. También la productividad y, por supuesto, la sostenibilidad fiscal. Dicho todo esto, podríamos ver un 2023 que vaya, ojalá, de menos a más a medida que se disipan las incertidumbres que tenemos.
Teniendo en cuenta el escenario que sugiere, ¿cómo ve la evolución de BBVA para este 2023?
Para hacer frente al entorno de incertidumbre del que hablaba, BBVA cuenta con grandes fortalezas: la diversificación geográfica, con franquicias líderes en España, México, Turquía y en América del Sur; una estrategia centrada en las dos tendencias que están definiendo el futuro: la innovación y la sostenibilidad; y la fortaleza financiera de la que venimos hablando. Por eso, a pesar de la incertidumbre, en 2023 vemos un panorama de crecimiento para BBVA, un escenario de creación de oportunidades para todos nuestros grupos de interés. Empezando por los clientes, el centro de nuestra actividad.
Nosotros jugamos un papel clave en la economía, porque a través de la concesión de crédito dinamizamos la actividad, sobre todo el lo que se refiere a empresas. Este año pasado hemos concedido más de 150.000 millones en nuevo crédito a empresas, cantidad que esperamos que sea superior en el año 2023. También nuestros accionistas, con una remuneración atractiva y creciente. A nuestros equipos, con oportunidades de desarrollo. Y, por último, y muy importante también, a la sociedad en su conjunto en este contexto de dificultad de tipos de interés crecientes e inflación, ayudando a los más vulnerables.