El Campus albacetense tiene patentadas 80 invenciones

Dolo Cambronero
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El organismo encargado de gestionar los derechos es la Oficina de Transferencia de los Resultados de la Investigación

Imagen de un investigador de la Facultad de Medicina. - Foto: Rubén Serrallé

El Campus de Albacete de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) tiene registradas 81 invenciones con distintos tipos de protección intelectual e industrial como patentes, marcas y modelos de utilidad, entre otros. Además, también se han solicitado otras siete familias de patentes, que están pendientes de resolución.

«Los campus de Albacete y Ciudad Real son los más potentes de la UCLM en el ámbito de patentes. Los números son similares en ambos», destacó Gallicchio Platino, técnica de la Oficina de Transferencia de los Resultados de la Investigación (OTRI) de la UCLM, organismo que se encarga de gestionar los derechos intelectuales e industriales de los proyectos que surgen en el seno de la Universidad regional. La entidad tiene su sede en Albacete y está adscrito al Vicerrectorado de Innovación, Empleo y Emprendimiento. 

En concreto, de las 81 invenciones con protección en vigor en la actualidad, hay 15 títulos de propiedad intelectual, cinco marcas (se protege el nombre comercial), un modelo de utilidad (para tecnologías que se quedan obsoletas pronto), nueve diseños industriales europeos (se protege la apariencia, el diseño de, por ejemplo, un frasco de perfume)  y 51 familias de patentes. En algunas de las invenciones se extendió asimismo la protección a otros países por lo que también cuentan con la exclusiva de comercialización en otros estados. «Las empresas a las que se han transferido los derechos son las que pagan los gastos de mantenimiento, que son muchos», reconoce esta profesional.    

Las cifras de invenciones protegidas van variando a lo largo del tiempo porque algunas de las solicitadas pasan a conseguir el título en vigor mientras que en otros proyectos no resulta rentable mantenerlos protegidos porque no funciona en el mercado u otras circunstancias y se dan de baja. 

«Para la Universidad, el objetivo de patentar es que el desarrollo tecnológico inventado se pueda transferir más fácilmente al sector industrial. La tecnología protegida posee un alto valor económico porque los titulares tienen la exclusividad para explotarlo, o un tercero que haya sido autorizado. Ese es el gran beneficio de la patente, tú le estás vendiendo a la empresa un intangible que solo ella va a poder producir y comercializar», explicó Gallichio Platino.

El procedimiento para conseguir los derechos intelectuales o industriales se inicia por lo general por parte de los propios investigadores, que se ponen en contacto con la OTRI si consideran que algunos de sus resultados son susceptibles de ser protegidos, aunque en otros casos es la oficina la que se comunica con ellos directamente si detecta algún proyecto interesante. 

Para poder patentar un proyecto se deben cumplir tres requisitos: que sea una novedad en el ámbito mundial, que tenga actividad inventiva (que no sea obvio para un experto en esa materia alcanzar el mismo resultado) y tener una utilidad industrial. Y es fundamental que no se haya dado a conocer antes en ninguna publicación o incluso en redes sociales. 

Si se considera que se cumplen estas tres condiciones y se decide dar el paso para conseguir la protección, lo primero será presentar una notificación de invención en la OTRI, en la que se detallará el proyecto, los motivos de su originalidad, su potencial mercado y los autores de la investigación y si se ha desarrollado en colaboración con otras instituciones o empresas. En caso de que sea así, cada una de ellas tendrá un porcentaje de cotitularidad proporcional a la aportación que haya hecho.

Plazo. Dado que el proceso es complejo, la oficina trabaja en estrecha colaboración con agentes de patentes especializadas en esta área, a los que se pagan unos honorarios a cambio del asesoramiento y que se encargarán de redactar la solicitud que se presentará a la Oficina Española de Patentes y Marcas. En el plazo de unos dos años, se podrá conseguir la patente española prioritaria aunque el procedimiento se puede alargar más si en la revisión del expediente se encuentran invenciones similares y se pide más documentación. 

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