Cáritas Albacete atendió a más de 9.500 personas en 2023

A.G.
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La entidad destinó más de cinco millones de euros a sus programas, con 2.734 familias atendidas y más de 1.200 participantes en sus iniciativas de empleo y formación

Cáritas Albacete atendió a más de 9.500 personas en 2023

La inflación y la precariedad laboral fueron dos factores determinante en un aumento notable del montante de ayudas de atención primaria a familias a las que Cáritas Diocesana de Albacete hizo frente durante el pasado año. De hecho, según explicaba el secretario general de la organización, Antonio García, estas «han vuelto al nivel de 2020», año en el que los efectos de la pandemia motivaron también un considerable incremento.

Así, Cáritas atendió en Albacete a 9.574 personas durante el pasado año, un número inferior a las 10.265 de 2022, pero incrementó su inversión en programas de acción social, que ha pasado de 4,4 a algo más de cinco millones de euros. Buena parte de esa subida (de 879.000 a 1,2 millones) se corresponde con los fondos destinados a Atención Primaria, programa con el que la organización prestó apoyos como cobertura de necesidades básicas, acompañamiento familiar o puesta a disposición de espacios de encuentro y acogida a 2.734 familias.

Esos fueron algunos de los datos aportados durante la presentación de la memoria económica y social de Cáritas Diocesana de Albacete y Fundación El Sembrador, en la que García llamó la atención de nuevo sobre el problema social que está provocando la cronificación de las situaciones de pobreza y exclusión social. «El encadenamiento de las crisis económicas y sociales ha impedido que muchas personas y hogares puedan recuperar su situación anterior», señalaba, haciendo referencia a las condiciones de vida previas a la gran recesión de 2008 y añadiendo después que, en el caso de esas ayudas para necesidades básicas, «nos encontramos con procesos cada vez más largos y con mayor necesidad».

García señaló además los dos factores mencionados de inicio, asegurando que «el empleo ha perdido parte de su función protectora ante la exclusión social, porque a este colectivo no le llega ni un empleo estable ni que mejore sus condiciones de vida», mientras que el incremento de costes «ha llevado a que los gastos esenciales supongan ya casi el 70% de los ingresos en los hogares con la renta más baja», diferencia con otros «que incrementa la desigualdad».Con un incremento del 13% en precios de alquiler, calificó de «especialmente alarmante el gasto en vivienda, «el gran pozo sin fondo que se come los recursos de muchas familias, convirtiéndose en un auténtico lastre». 

Para ilustrar ese fenómeno, el secretario de Cáritas aportó también como los incrementos de los porcentajes de familias de la región que no pueden permitirse una comida de carne o pescado cada dos días (del 5,5% al 6,7%), no pueden mantener su vivienda a una temperatura adecuada (del 17% al 21%) o que no tienen capacidad para afrontar gastos imprevistos (del 35,5% al 36,2%).

oportunidades. «Estamos, como comunidad cristiana, con las personas más vulnerables, no solamente acompañándolas día a día, sino también alzando nuestra voz para denunciar el sufrimiento, la falta de oportunidades y de acceso a los derechos» aseguraba por su parte Rosa María García, directora de Cáritas Diocesana de Albacete, durante la presentación de la memoria, en la que también destaca el incremento de beneficiarios del programa de empleo y formación, al que la entidad destinó 3,3 millones de euros para asistir a un total de 1.212 personas con orientación laboral, formación, intermediación o su agencia de colocación.

Mientras, el programa de mediación jurídica (para asuntos civiles, penales, administrativos, penitenciarios o de vivienda) llegó a 1.964 personas y las actividades desarrolladas en el programa de infancia, adolescencia y familia (ocio saludable, apoyo escolar, acompañamiento familia, actividades deportivas y escuela de verano) contaron con 490 participantes.

La actividad de Cáritas en Albacete se completó en las calles, con 96 personas sin hogar atendidas con un programa que ofrece atención inicial, alojamiento temporal y acompañamiento a través de la iniciativa Café-Calor, y centros penitenciarios, donde 87 personas participaron en la iniciativa Abrir ventanas, que ofrece talleres de creación textil y teatro, acompañamiento en salidad y preparación para el paso a la libertad.