El presidente de los regantes de Los Olmos, en Socovos, explicaba ayer en cuatro palabras el motivo por el que abandonan el regadío tradicional y se pasan al riego localizado: «porque no hay agua».

Como se recordará, hace una semana se supo que esta Comunidad de Regantes pretende convertir sus 70 hectáreas de riegos tradicionales en algo más de 700 abastecidas por un moderno sistema de goteo.

«Lo hacemos porque las fuentes  se han secado y porque llevamos casi tres años sin sacar adelante una cosecha decente», declaraba ayer a La Tribuna su presidente, Matías Fernández Navarro.

Y como el agua no cae del cielo, hay que buscarla bajo tierra, en el acuífero que hay en el Anticlinal de Socovos. O eso, o dejar que los cultivos se mueran y, con ellos, toda la zona de Los Olmos.

«Se nos secan hasta los leñosos y por eso dimos el paso hace un año, nos juntamos y empezamos a sacar adelante el proyecto; si todo va bien, tendríamos la concesión de aguas en otro año más», detalla.

Una vez con la concesión en la mano, para 2025 si no hay problemas, empezará la ejecución del proyecto, que incluye la ampliación y transformación, además de una pequeña planta de energía solar.

Lo que no acaba de comprender, reconoce, son las críticas al proyecto, «sobre todo, sorprende mucho la oposición de los regantes de Letur, somos vecinos, siempre nos hemos llevado bien».

«Sin ánimo de reproche», recuerda, «en Letur aún tienen manantiales y fuentes que dan agua; nosotros ya no tenemos nada de eso, los hemos perdido, así que no tenemos otra alternativa». 

En todo caso, reitera, «nosotros nunca nos negaremos a hablar con ellos, al contrario, habrá que tratarlo, porque no me cabe en la cabeza que nos enfrentemos, salvo que haya alguna intención política».