Los números del Albacete Balompié son más que preocupantes, sobre todo si analizamos la segunda vuelta del campeonato de la que ya se llevan disputados 10 encuentros, en los que el conjunto blanco solamente ha sido capaz de sumar seis de los 30 puntos en juego. Unos números que tienen al equipo de Rubén Albés en la lodazal de la zona de descenso y que han hecho que la confianza de la afición en el preparador gallego se haya quebrado y son ya muchas las voces que desde la grada piden una solución.

De momento el club mantiene la confianza en un Albés que con el paso de los partidos no encuentra cómo reparar el gran defecto de su equipo, la fragilidad defensiva, clave en la situación por  la que atraviesa un Alba que tiene mala pinta.

Y es que el Albacete es el equipo más goleado de la categoría junto con otro de los implicados en la lucha por la permanencia como es el Villarreal B, ambos con 46 tantos encajados. Esto supone una media de 1,4 goles por encuentro y, de seguir así, el Albacete terminaría la temporada con cerca de 60 goles en contra, una cifra incompatible con la permanencia.

De hecho, la temporada pasada, en la que el equipo también encajaba muchos goles, terminó con 47 en contra, lo que nos da una idea de la debilidad defensiva de los blancos.

En este sentido, cabe destacar que Rubén Albés cambió a una defensa de cinco y el equipo estuvo dos partidos seguidos sin encajar gol, Valladolid y Racing de Santander, pero después el equipo volvió a manifestar deficiencias defensivas y en los últimos cinco encuentros ha encajado ocho goles. El pasado domingo en Elche se volvieron a reproducir los errores defensivos que hacen complicado que el equipo gane partidos -sólo una victoria en la segunda vuelta- y así es muy complicado.

Protestado. Aunque la pasada temporada se convirtió en el gran ídolo de la afición por encima de sus jugadores, en el fútbol la memoria es muy corta y la difícil situación del equipo en la tabla ya ha hecho que el técnico gallego sea cuestionado por la afición. Es cierto que al principio eran pocos los críticos, pero cada vez son más las voces que piden un cambio en el banquillo, pero también es cierto que, hasta el momento, no se ha escuchado ningún grito unánime contra Albés en las gradas del Carlos Belmonte.

De momento, en el club no se plantean una destitución porque confían en el técnico gallego y también porque no hay que olvidar que Albés tiene otra temporada más de contrato, por lo que un despido sería un duro golpe para las arcas del club.

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