En todo el planeta tierra se aplicó una máxima desde que la pandemia comenzó a convertirse en una amenaza letal, el popular Quédate en casa. El confinamiento se convirtió en la primera de las medicinas eficaces puestas en práctica por los gobiernos para plantar cara al Covid-19.
En cualquier idioma, con diferentes eslóganes, antes o después... pero el encierro domiciliario fue prescrito a la población como única vacuna. ¿Y saben dónde fue la música, la buena música, el método que se aplicó para la concienciación ciudadana? Pues sí, en Cuba, donde la particular idiosincrasia de la isla inventó un curioso festival totalmente online, Tunturuntu pa’ tu casa, un título que responde al perenne temple de sus habitantes, quienes para decir adiós a alguien le dan «tunturuntu», ya que suena mejor que «tumba, tumba», y en español castizo, «ya te estás largando, que aquí sobras». Más claro, agua.
Pues con su particular humor y su más que notable habilidad en la práctica médica hicieron frente los cubanos al Covid-19. Y entre esos cubanos, los residentes en el municipio de La Lisa, hermanado con Albacete desde 2002. Es más que probable que sean muchos los albacetenses que apenas tuvieran referencia de este hermanamiento. Pero ha sucedido con tantos otros, las relaciones no han sido muy fluidas a nivel institucional, pero sí a título particular.
La Lisa, que pertenece a la provincia de La Habana -de hecho, la localidad, nacida oficialmente en 1976, es una de las puertas de acceso a la capital cubana-, es, curiosamente, una Cuba a pequeña escala, de tal manera que cuando es preciso llevar a cabo un estudio epidemiológico en todo el país, el primer municipio que se suele analizar es La Lisa porque sus datos permiten orientar hacia lo que cabe esperar de ese informe global de la isla.
Los últimos datos indican que en general, la pandemia no ha sido especialmente dura con Cuba, si bien las medidas que se tomaron para conseguirlo fueron, como en otras tantas partes del mundo, tremendamente duras. Y es ahora cuando se comienzan a reabrir, por ejemplo, las puertas al turismo. De hecho, la fecha fijada fue la del 1 de julio, lo que se acordó por parte de las autoridades nacionales después de tener, aseguraron, la epidemia prácticamente controlada.
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