A pesar de que la novillada había generado expectación al citar a los mejores del escalafón, lo cierto es que a la hora de la verdad el público respondió a medias. La plaza registró media entrada, la gran mayoría ubicados en los tendidos de sombra, pero lo cierto es que se vivió un gran ambiente de toros.
Robero Martín Jarocho abrió plaza ante un novillo de Murube que pisó con fuerza la arena, pero que se fue apagando poco a poco. A pesar de ello el burgalés le cuajó una buena faena, templando bien a su enemigo y ofreciendo un toreo serio. El problema es que no tuvo acierto con el acero y perdió la opción de trofeo. En cualquier caso, el respetable le tributó una ovación.
En su segundo, Jarocho no tuvo suerte porque le correspondió el peor novillo de la tarde. El burgalés le pudo sacar faena solamente por su entrega porque el enemigo no quería pela. Pero, de nuevo la espalda deslució su trabajo y al final fue silenciado
Samuel Navalón se llevó en su lote al novillo de la tarde. Un ejemplar de Carlos Núñez al que el ayorino supo templar y someter dejando muletazos de gran belleza, demostrando que está más que listo para tomar la alternativa en la próxima Feria de Albacete. Acertó con la espada y cortó las dos orejas, aunque el público pidió también el rabo para el novillero formado en la Escuela Taurina de Albacete. Además, el gran novillo fue premiado con la vuelta al ruedo.
En su segundo,Navalón ofreció una gran faena, incluso mejor que a la de su primer astado. El de Ayora estuvo contundente, con los pasos seguros del que se sabe ya casi un veterano. Iba camino de desorejar otra vez al novillo, pero falló con el estoque y eso le hizo tener que conformarse con una vuelta la ruedo.
Por su parte, Marco Pérez, la gran sensación de la temporada, Y lo cierto es que el salmantino estuvo bien con su primero, un novillo de Carlos Núñez que resultó manso y con poca bravura. Pérez lo intentó y la faena tuvo momentos intensos, estando por encima del novillo, pero no acertó con la espada y todo quedó en ovación.
Con el que cerró plaza, Marco Pérez no estuvo mal, pero de nuevo la espada le privó de lograr algo. Al final fue silenciado.
Así terminó la novillada del siglo, con un ciclón llamado Samuel Navalón que vuela directo y con firmeza hacia su alternativa en la próxima Feria de la Virgen de Los Llanos.