El Albacete Balompié, en el encuentro que cerraba la jornada en Segunda, firmó un empate con sensaciones encontradas. Las positivas fueron que no sufrió en exceso en Valladolid y mantuvo la puerta a cero, dispuso de las mejores ocasiones y volvió a puntuar fuera de casa casi tres meses después. En el balance negativo, acumula siete encuentros sin ganar y pasará la semana en la zona de descenso, a la que cayó en un fin de semana en el que casi todos sus rivales directos ganaron.

El primer susto, y de los pocos que tuvo el Alba, llegó nada más comenzar el encuentro. Amath, uno de los refuerzos invernales del cuadro pucelano, puso un centro envenenado desde la derecha en el que Julio Alonso, metiendo el cuerpo, impidió que hubiera un remate a placer. En el posterior envío al área desde el perfil izquierdo, Sylla no engatilló un buen disparo.

Tras ese instante de agobio, y pese a que se vio muy motivado al conjunto blanquivioleta, los pupilos de Rubén Albés demostraron una buena actitud, intensidad y lograron varios robos en campo rival que no tuvieron el desenlace deseado en las acciones de ataque.

Superado el minuto doce gozó el Albacete de una doble oportunidad. Escriche metió un balón para Agus Medina, que había recuperado previamente la pelota y se plantó frente a la portería. Su disparo ante la salida de Masip lo desvió con el pie el cancerbero del Pucela. Y el posterior remate de Manu Fuster, aprovechando el balón suelto, tampoco alcanzó su destino al interponerse un defensor al golpeo del futbolista valenciano. En la acción siguiente, Juanma quebró bien a su par, pero su remate ante Masip resultó demasiado tierno.

Una volea de Amath, después de un centro al área, se marchó muy desviada. Idéntico destino que tuvo un remate de De la Hoz, a pase del propio Amath. El equipo de Paulo Pezzolano, que insistió con muchos centros al área en el primer periodo, no encontró rematador en un envío impecable de Iván Sánchez desde el costado derecho.

La presión del equipo de Rubén Albés cada vez era menos efectiva ante la buena circulación de un Real Valladolid al que, sin embargo, le costaba encontrar fisuras en el entramado defensivo del Albacete Balompié. Escriche aportaba detalles y talento. Faltaba la conexión con sus compañeros, como Manu Fuster, ubicado en la zona derecha. En defensa, el equipo se mantenía seguro y obligaba al cuadro blanquivioleta a intentarlo desde lejos, como hizo Escudero, bien taponado por la zaga. Una volea de Iván Sánchez a la salida de un córner tampoco vio puerta.

Regresó con más ahínco el equipo albaceteño tras el intermedio y ganó presencia en campo rival. Manu Fuster, tras ganarle en la disputa a Boyomo, conectó un disparo que se marchó alto. Además, los pupilos de Albés seguían defendiendo con mucho orden y sin dar opciones al Real Valladolid de generar peligro, más allá de la incertidumbre en alguna acción a balón parado.

Superada la hora de juego decidió el técnico vigués mover piezas y retiró a Juanma y Escriche, que fueron relevados por Quiles e Higinio. También Pezzolano dio entrada a Moro y al debutante Negredo en busca de mayor frescura. Higinio se hizo notar pronto y se presentó ante Masip en un mano a mano en el que el portero del equipo pucelano le ganó la partida. La acción, no obstante, quedó invalidada por fuera de juego del atacante murciano.

Escudero volvió a probar fortuna desde fuera del área. Su zurdazo salió muy desviado, a la izquierda de la meta de Bernabé. Fue la antesala de la mejor jugada asociativa del cuadro albaceteño y de su mejor ocasión en el segundo acto. Se originó en un despeje fallido de Torres con la cabeza en la zona defensiva. Con paciencia y la participación de medio equipo en la elaboración, Agus Medina acabó colocando un pase a la espalda de la defensa local que Manu Fuster, a bote pronto, estrelló contra Masip. El jugador valenciano, en una nueva asociación con Agus Medina, acabó finalizando con un chut desviado una nueva presencia del Albacete en zona de ataque.

Pese al buen trabajo defensivo y en la presión del equipo manchego, el conjunto blanquivioleta, espoleado por su público, apretó de cara a la recta final del choque. La velocidad de Moro se convirtió en la principal amenaza para una zaga en la que Kaiky, con problemas físicos, cedió su plaza a Djetei.

Se dejó ver poco en campo rival el Alba en los minutos finales del tiempo reglamentario. Un envío de Álvaro Rodríguez al área al que no pudo llegar Quiles fue el último testimonio ofensivo de la escuadra manchega antes de entrar en los siete minutos de tiempo añadido.

El propio Quiles, tras una buena cabalgada, filtró un balón a Manu Fuster que cogió de espaldas al jugador valenciano antes de que Moro, tras una ruleta, acelerara el pulso de la hinchada albacetense con un remate que detuvo Bernabé con seguridad. La última ocasión fue para Quiles, que no se decidió a chutar con su pierna mala, la derecha, y perdió la ventaja al tratar de recortar a su marcador.

Pese a las buenas sensaciones, fue incapaz de marcar un Albacete que completó una jornada fatídica para los equipos visitantes en la categoría de plata, ya que ninguno de los once que jugaba a domicilio pudo celebrar un gol.