El centro de arte y galería Nueva 3 de la capital, acoge hoy, a las 20 horas, la inauguración de la exposición La vieja escuela de José Antonio Lozano. Un proyecto, confirmó José Callado, «que surge de la línea de la galería, que solo expone artistas de gran nivel y, si son de Albacete, mucho mejor. Así que hablé con el hijo del artista, con Luis Lozano Garay, le pareció perfecto e inauguramos».
La muestra, indicó se podrá visitar hasta el 30 de octubre, «con cita previa, cualquiera que quiera visitarla, puede llamar al teléfono que aparece en la puerta y durante la Feria, de 11 a 13 horas, estará abierta».
Recoge esta aproximación a la obra de José Antonio Lozano, 32 obras, un par de ellas, de la propia galería.
Luis Lozano, por su parte, añadió que «me propuso José Callado, hace ya un tiempo, mostrar el trabajo de mi padre y claro, me pareció muy bien y luego, él es que sigue estando muy presente, así que he hecho una selección, sobre todo paisaje, bodegón y plumilla, creo que es una buena colección para darse una idea, de algunas de las partes de su trabajo, que abarca muchos años».
Entre otros José Lozano era un gran paisajista y «desde luego, lo suyo era el paisaje y el bodegón, que es lo que más le gustaba, aunque al principio también hizo mucha figura, y hay muy buenas obras así, sobre todo en Yeste, con un par de murales que son espectaculares, uno de ellos un grupo de músicos, eso sería de los años 60; son dos grandes obras, muy singulares, ambas están encima de chimeneas, y las hizo para amigos», explicó Luis Lozano.
En cuanto a las obras que ha recopilado Luis Lozano para esta exposición, dijo el artista, «pues hay de todo, he hecho una selección para que se vea, un poco, la trayectoria de José Antonio Lozano, por eso hay obra de varias épocas, como decía, paisaje, bodegón y algunas de su plumillas, antiguas, una de ellas muy singular, de las Lagunas de Ruidera, que es de 1984, y pintó en las propias Lagunas. Algunos de esos paisajes son muy interesantes, de aquella misma época, son acuarelas sobre papel. Solamente hay un óleo antiguo, que es de transición en su obra, hacia el acrílico. Luego, comenzó con los acrílicos y los materiales de carga y fue, precisamente Benjamín Palencia el que introdujo a mi padre en lo del acrílico. En esa época, recuerdo que se los fabricaban, compraban los pigmentos, el aglutinante y se añadían materiales de carga y sílices que utilizaban, era con lo que trabajaban».
Ha escogido, indicó Lozano, «por las características del espacio de la galería, obras de pequeño y mediano formato. Los grandes formatos no me parecían los más adecuados para el espacio y luego, la variedad temática es significativa, en cuanto al paisaje, hay de muchos lugares en los que hemos estado, siempre iba buscando paisajes singulares y ruinas, aldeas abandonadas en los años 50 o 60, que le gustaba mucho pintar, un poco también por el recuerdo de su vida pasada en el campo».
Los bodegones, apuntó, «son singulares, dentro de su línea, en algunos utiliza técnicas mixtas. Mi padre, para pintar, casi siempre escogía tres, cuatro elementos, en la época de los membrillos, los pintaba. Utilizaba lo que tenía a mano, cuatro cacharros antiguos, una jarra pequeña de La Cartuja, una copa de vidrio tallado; con eso hacía sus composiciones. Era una persona muy laboriosa, siempre estaba pintando y la verdad es que ha dejado mucha obra. Cuando no estaba pintando, pensaba lo que iba a pintar, haciendo sus palomas, recortando, hasta el final de su vida prácticamente, era incansable, incluso regaló obras a sus enfermeras».