Nadie es profeta en su tierra

P.B.
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La asistencia sólo llegó a menos de media plaza para ver a tres de los nuestros, que se debieron enfrentar a un encierro descastado de lo que queda de Paco Medina

Al finalizar el paseíllo, se guardo un minuto de silencio por los fallecidos del mundo taurino en el último año. - Foto: P.B.

Cuando echamos mano de este dicho de profetizar en casa de uno, es porque realmente nos vemos en estas, como ocurrió ayer en la apertura de la feria taurina de este 2022, aunque la verdad es que nunca hemos estado perdidos, sólo un poco escondidos por prescripción gubernativa, asomando el año pasado un poco el morro en una Feria Taurina corta, a la que el miedo quitó público.

Apenas 4.500 personas se dieron cita en los tendidos de la plaza, el abono y poco más, lo que ya nos cuestiona el apoyo que brindamos a los de la tierra y además, algún sector protestón mientras los toreros se las veían con los mulos empitonados de El Montecillo, ganadería echada a perder desde las glorias de Paco Medina con El Ventorrillo. No entiendo las protestas a los  paisanos que intentaban sacar agua de un pozo seco. Veremos si a las figuras les exigen lo mismo, si alguno viene a pasar de largo, pero claro, es más fácil con el débil que con el fuerte.

El día comenzó de 'durse', con ese más que merecido homenaje al que puso la plaza de toros a un altísimo nivel musical taurino, siendo la envidia y ejemplo de lo que es la oportunidad, la exactitud en la pieza musical acorde con el toreo. Se trata del gran maestro Manuel García Sánchez, durante 21 temporadas en el palco de la música de nuestra plaza, dirigiendo esa fantástica banda de música de Pozohondo. Enhorabuena y gracias al director de la actual Ciudad de Albacete, el maestro Alberto Nevado. La placa quedará para siempre.