Miguel Romero

CATHEDRA LIBRE

Miguel Romero


Liderazgo femenino

17/05/2021

Como historiador que me siento, busco en el pasado razones de presente, no solo para entender la vida social y sus devaneos, sino el camino a seguir dentro de una sociedad igualitaria, democrática, libre y progresista. Y siempre me he fijado, y mucho, en el papel que las mujeres realizaron a lo largo de los siglos, en acontecimientos decisivos, cambios de mentalidad y productos de desarrollo.
A mi mente vienen a menudo, los nombres de Victoria Kent y Clara Campoamor, en esa lucha protagonizada en la España republicana por conseguir los derechos de la mujer y si cabe, ahondo hacia atrás, y me vienen otras muchas ocupando papeles secundarios y sin embargo, teniendo logros principales.
Miles de hombres y mujeres creemos en el principio de la igualdad de derechos, sin embargo, algunos y algunas piensan -y seguro que no les faltará razón- que el concepto de la palabra feminismo de hoy no se adapta a sus valores personales. Esa palabra es demasiado complicada en estos tiempos que corren. No importa si eres hombre o mujer, estas nueve letras se han convertido, especialmente en los últimos tiempos, en polémica y desencuentro -en palabras de Adriana Bello en Aleteia-. No tanto se trata de igualdad de género y sí, de igualdad de derechos, tal vez por ahí se debería caminar para conseguir ese trato igualatorio tan necesario.
Pero, no es mi intención, entrar en esa posible discusión del concepto o término de ‘feminismo’ en la actualidad, sino de constatar lo que hemos podido observar después de las elecciones madrileñas a su Comunidad, sobre todo, al ver el número de mujeres que han sido y son, protagonistas de esa «movida política» tan crucial -según algunos politólogos- para el devenir de nuestro país en un futuro a corto plazo.
Y si no, veamos. La ganadora de las elecciones ha sido la popular Díaz Ayuso, la cual ha conseguido un triunfo incontestable, alcanzando ese elevado número de votos y por tanto, de escaños en el gobierno madrileño. Pero a su lado -no me refiero al carácter ideológico aunque lo pudiera parecer- está la líder de los radicales de derechas que bajo las siglas de VOX han aumentado su protagonismo bajo el liderazgo de Mónica Monasterio. Y aún así seguimos potenciando el valor de la mujer en la política del momento cuando vemos que se cierran filas, a pesar del gran fracaso de Ciudadanos, en ese liderazgo de Inés Arrimadas o el hecho sorprendente pero esperado de la retirada de Pablo Iglesias, una vez no conseguido su objetivo, y el traslado de valores potenciales en el poder de Unidas Podemos con la postulante Ione Belarra, sin olvidarnos de Yolanda Díaz o Irene Montero. Ahora, se vuelve a renovar el protagonismo de una socialista en Andalucía, con esas anunciadas primarias, y Susana Díaz se hace de valer.
Todo son mujeres en el escenario político madrileño y español, porque ese feminismo actual en el que ha basculado la necesidad de igualdad nos ha llevado a conseguir un protagonismo potencialmente poderoso y consecuente, sin precedentes y con cierto ánimo de revancha, algo que si podría parecer preocupante. Es necesaria la igualdad, pero...