El diestro alicantino tuvo el excesivo premio de dos orejas ante el mejor toro de un mal desafío ganadero de Victoriano del Río y Juan pedro Domecq en una tarde en la que 'El Fandi' y Cayetano se fueron de vacío
El quinto de la tarde, de Victoriano del Río, fue el mejor toro de un desafío ganadero, con astados de Juan Pedro Domecq en el otro lado de la batalla, que defraudó. Con ese toro, Manzanares fue el rey en el país de los ciegos, con la faena más ligada, de series cortas y muchas ventajas, rematada con media estocada y el premio de la puerta grande.
El Fandi mantiene intacta su popularidad, sobre todo en el tercio de banderillas, donde cala en los tendidos y se pone el público a favor de corriente, con peticiones de orejas tras despachar a cada uno de sus enemigos, que no tuvieron tanta generosidad en el palco.
Cayetano, voluntarioso, paseó una oreja del sexto.
La plaza registró tres cuartos de entrada en tarde con el cielo cubierto.