«EEUU y Alemania se interesaron por nuestro trabajo»

Josechu Guillamón
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«Me siento orgulloso de poder haber participado en esta experiencia»

Imagen del teniente Suárez. - Foto: Maesal

El teniente Ángel Suárez Lado, está destinado en la Maestranza Aérea de Albacete, desde agosto de 2022, actualmente como jefe de la  Sección de Ensayos No Destructivos. El teniente acaba de viajar a Alaska dentro del Pacific Skies, donde ha realizado una experiencia pionera, al fabricar una pieza de un avión con un equipo portátil que han transportado hasta allí en un contenedor.

¿Es normal que la Maestranza Aérea de Albacete participe en ejercicios del Ejército del Aire y del Espacio?

No, la verdad es que no. El año pasado con motivo de las Jornadas de Demostración Tecnológica, Bacsi, que se hicieron aquí en Albacete en octubre, se aprovechó para probar tanto la fabricación aditiva, como los ensayos no destructivos y se aprovechó para realizar un intento inicial de comprobación de la empleabilidad. Ahora aprovechando el Pacific Skies se ha fabricado un contenedor específico para fabricación aditiva y un kit de ensayos no destructivos y telecomunicaciones.

El contenedor se ha construido específicamente para el Pacific Skies.

Sí, la idea era probarlo en este ejercicio, ver la desplegabilidad, la capacidad de hacer la fabricación aditiva y finalmente imprimir allí una pieza, darle el tratamiento térmico correspondiente para que adquiera las propiedades mecánicas que necesita y con el centro mecanizado darle finalmente la tolerancia necesaria, para montar una pieza de fabricación aditiva en una aeronave.

Entonces su misión era crear una pieza para sustituir una de un Eurofighter.

Aprovechando el despliegue del contenedor, con todo el trabajo previo que se había hecho, apoyado por la organización de diseño militar del Mando de Apoyo Logístico (Malog) y la certificación de la fabricación aditiva, para la impresora que se desplegó, la M600, y con las condiciones de su tratamiento térmico, para que adquiera las propiedades mecánicas, lo que se hizo fue simular un fallo en una pieza, se le realizó el escaneado a la pieza, para generar una nube de puntos, enviar los archivos a Maestranza para que se hiciera la ingeniería inversa y devolvieran los archivos para poder imprimir la pieza allí en el destacamento, darle el tratamiento térmico, fabricarla y finalmente hacerle el certificado de aeronavegabilidad a esa pieza, para que se pudiera montar en el avión.

¿Tardó mucho en prepararse el contenedor?

El contenedor se preparó en tiempo récord. Se inició la preparación del contenedor a principios de febrero, que es cuando recibimos la orden del Malog y la segunda semana de abril estaba embarcado en el puerto de Hamburgo, dirección a Alaska, con el resto de contenedores del despliegue.

¿Otros ejércitos tienen contenedores de este tipo?

Con este contenedor se ha conseguido certificar una pieza para una aeronave y los demás, por el momento, sólo producen piezas para sistemas terrestres o marítimos.

Es la primera vez que se hace una experiencia de este tipo, ¿ha sido muy complicado?

Sí, hemos tenido algún que otro problema, dada la distancia a la que estábamos y a la frecuencia de la corriente estadounidense, pero finalmente se ha podido fabricar la pieza.

¿Cómo se siente uno al llevar a cabo un trabajo pionero?

Me siento orgulloso de poder haber participado en esta experiencia y de poder ayudar en todas estas nuevas tecnologías.

¿Despertó mucho interés su trabajo?

Las fuerzas aéreas de EE.UU. y Alemania se interesaron por nuestro trabajo y nos preguntaron qué estábamos haciendo, porque no lo había hecho antes ninguna fuerza aérea, sólo lo ha hecho el Ejército del Aire y del Espacio español.  Al principio se iban acercando en grupos pequeños, pero luego se acercaron muchos a preguntar que estábamos haciendo y se quedaron bastante sorprendidos de la capacidad que tenemos y también de lo que puede ofrecer esta tecnología en el futuro.

¿Qué ha sido lo más complicado de todo el proceso?

El trabajo previo realizado, sobre todo por parte del personal de Maestranza y de Madrid, no sólo para fabricar el contenedor, sino también para realizar todos los estudios de ingeniería pertinentes para certificar la pieza, porque se apoya mucho en el estudio previo del material que se consigue imprimiéndolo con unas condiciones en esa impresora y dándole ese tratamiento térmico.

Entiendo que es una tecnología muy útil, porque puede evitar que un avión se quede parado por una avería.

La idea final de esta tecnología es que evitemos que un avión desplegado en el extranjero se quede parado por una avería.