El Servicio de Prevención y Extinción de Incendios Forestales de Castilla-La Mancha (Infocam) dio por controlado, las nueve de la noche de este sábado, el incendio que se había declarado en la tarde del viernes en la pedanía hellinera de Mingogil, cerca de la Sierra de los Donceles.

Las llamas, por tanto, no avanzaban ya más allá del perímetro de seguridad, establecido merced al trabajo que desarrollaron, desde la detección y también durante la noche del viernes al sábado, por las más de 200 personas que llegaron a participar en las labores de extinción del fuego. A última hora de la tarde de ayer, aún permanecían sobre el terreno 40 efectivos, con 10 medios (todos ellos terrestres) para tratar de dar el incendio extinguir el fuego totalmente si no se produce ningún contratiempo.

100 hectáreas

Según explicaron fuentes del Infocam, la estimación de superficie calcinada es de aproximadamente 100 hectáreas, ya que el fuego aún avanzó algo durante la noche del viernes, cuando se cifraban en 80. La previsión era además que la declaración de fuego controlado pudiera llegar durante la madrugada, ya que esa decisión no se adoptó durante la jornada de ayer por precaución, dado que las altas temperaturas en el sureste de la provincia motivaban que aún quedasen puntos calientes en los que se podían reavivar las llamas, aunque finalmente se pudo dar por controlado a las 21 horas.

En total, hasta el cierre de esta edición, habían trabajado en la zona 217 personas, con la dotación de 51 medios (39 terrestres, 10 aéreos y dos de dirección y coordinación). Las tareas de prevención continuarán, al menos, durante todo el fin de semana para acabar con un incendio que fue detectado a las 16,39 horas del viernes por un vigilante fijo y que hizo temer lo peor en la zona, al hacerse visibles las densas columnas de humo, ya que su origen se encontraba cerca de la Sierra de los Donceles, donde se produjo en 2012 uno de los incendios más graves de los últimos años de la provincia, con unas 5.000 hectáreas afectadas.

En ese paraje, denominado Casa de las Canas, la rápida intervención del operativo de extinción hizo pensar que el fuego podría haber quedado estabilizado mucho antes, apenas unas horas después de la detección. Sin embargo, la situación empeoró debido a las condiciones de la tarde del viernes, con temperaturas que rozaban los 40 grados y rachas de viento de entre 30 y 40 kilómetros por hora.

La principal preocupación para los equipos de extinción, según explicaba entonces el alcalde de Hellín, Manuel Serena, era que las llamas no cruzasen el río Mundo, ya que entonces sí hubieran llegado a la mencionada sierra, con lo que el suceso habría cobrado unas dimensiones bien distintas.