Las Fiestas Mayores de Almansa no sólo son una de las tres con la declaración de Interés Turístico Internacional de la provincia -junto a la Feria de Albacete y la Semana Santa de Hellín- sino que no están a punto de cumplir un hito: saltar el charco.
«La Agrupación de Comparsas de Moros y Cristianos ha aceptado la invitación para participar en el desfile del Día de la Hispanidad en Nueva York y ya somos cerca de 40 personas, de la mayoría de las comparsas, las que vamos a participar». Lo cuenta Antonio Guijón, uno de los fundadores de Los Verdes -no hay más que ver su traje base-, como se llaman a sí mismos en la comparsa Almanzárabes, la veterana de la localidad. Él, y su mujer, Matilde Matea, -miembro de otra de las escuadras verdes más reconocibles de las fiestas almanseñas- son dos de los que van a participar en esta aventura.
De esta forma, la representación festera partirá de Madrid a Nueva York el viernes 11 de octubre y «allí estaremos seis días y cinco noches», para regresar de su 'conquista' de la Gran Manzana el 16 de octubre. «Hemos recibido invitación para poder desfilar este año, será el 13 de octubre, pero todo el viaje nos lo pagamos nosotros, los que vamos», aclara también este festero.
«De nuestra comparsa vamos, por el momento ocho, y somos cerca de 40 los que estamos por el momento apuntados, pero todavía, aparte del desfile, el resto de la programación la tenemos todavía por definir» porque, ya que realizan este viaje trasatlántico, quieren aprovechar para poder hacer visitas y excursiones a una de las ciudades, probablemente la principal, con más atractivo turístico internacional.
Guerreros desarmados. Esta ciudad que no duerme, y entre la atenta mirada de edificios que se estiran hacia donde la vista casi no llega, ha conseguido lo impensable: 'hermanar al bando moro y al cristiano. Al ser un grupo reducido el que va a participar, y de casi todas las comparsas almanseñas, «lo que nos han comentado que vamos a hacer es desfilar todos juntos, mezclados, y repartidos en un par de escuadras» , para que se les vea bien, porque «la Quinta Avenida es enorme «y nos tenemos que perder ahí, si hacemos una escuadra de seis u ocho personas», bromea.
Eso sí, las circunstancias del viaje obligan. Y el límite de equipaje y restricciones de seguridad que imponen las aerolíneas, también. «Vamos a desfilar solo con el traje base porque llevarnos los gorros y las capas es un incordio y, además, no podemos llevarnos ni lanzas, ni armas, ni nada de eso».
De lo que Antonio Guijón no tiene duda es de que la experiencia merecerá la pena, «parece que es muy emocionante estar en ese desfile», tanto por el gran colorido y la diversidad que proporcionan todos los grupos participantes -venidos de muchas partes de Hispanoamérica también-, como por la gran cantidad de espectadores que reúne. No en vano, transcurre por una de las calles más transitadas del planeta. «Todos los que vamos -asegura Guijón- estamos muy emocionados con esta oportunidad de poder desfilar por la Quinta Avenida».