La Asociación de Amigos de la Ópera de Albacete (AAAO) abrió la temporada anual con fuerza, con un concierto a cargo de la mezzosoprano Lorena Valero y el pianista Ángel Torres, con un bello programa titulado Il mio caro G. Puccini. La mezzosoprano, en esta cita en el Auditorio Municipal de Albacete, dio sobradas muestras de su marcada personalidad musical y comentó a La Tribuna de Albacete distintos aspectos de su intervención, con un repertorio que resultó muy del gusto del público.
¿Cómo surgió esta colaboración con la Asociación de Amigos de la Ópera de Albacete?
El pianista con quien he tenido el placer de interpretar este recital, Ángel Torres, es socio de Amigos de la Ópera de Albacete y profesor del Conservatorio Torrejón y Velasco. Él fue quien me lo propuso y no dudé ni un momento en decir que sí. Ángel y yo trabajamos juntos desde hace mucho tiempo. Él y su esposa, mi querida Sonia, son los padrinos de mi hija Natalia y yo la madrina de la suya, Eva, así que somos más que amigos. Además, Ángel es un gran músico y está pendiente en todo momento del cantante, conoce muy bien mi manera de cantar y nos entendemos a la perfección, en los ensayos no nos hace falta hablar. Eso sí, reírnos, nos reímos bastante.
¿Tiene una afinidad especial por Puccini?, ¿qué roles y óperas escogió para este recital en Albacete?
La verdad que sí, mucha afinidad. Siempre he interpretado a Puccini con especial emoción. La pena es que existen pocos roles para mezzosoprano de Puccini, pero aún así he interpretado mucho a Puccini porque casi toda mi formación y los inicios de mi carrera he constado como soprano. Mi debut profesional en la ópera en escena fue con el rol de Liù, de Turandot. Nunca olvidaré este día, ya que me preparé el rol en una semana y salí a la función sin hacer un solo ensayo, todo un reto y lo mismo fue con la Violetta, de La Traviata, aunque aquí tuve más tiempo para prepararla, pero también salí a la función sin un solo ensayo con la compañía. Mi debut como mezzosoprano en la ópera fue con Suzuki, de Madame Butterfly. Siempre que interpreto a Puccini, recuerdo las palabras de uno de los maestros con los que me preparé, Vincenzo Spatola. Me dijo emocionado, mientras trabajaba con él la Liù, que nunca puede evitar emocionarse al escuchar mi voz interpretando a Puccini. En esta ocasión, interpretamos cuatro arias del ciclo de camera de Puccini, Salve Regina, el aria Si, mi chiamano Mimì.
¿Qué tienen de especial los personajes puccinianos?
La orquestación de Puccini es maravillosa. Además Puccini, sabe como musicar las emociones de cada personaje. Yo siempre he sido muy melodramática y por eso disfruto tanto interpretando a Puccini.
¿Tiene también especial afinidad con los roles de óperas como Carmen, que abordó en su concierto?
Sí, también. Con Carmen debuté el verano pasado y la disfruté muchísimo. Siempre me ha entusiasmado el flamenco y Bizet lo refleja en su ópera a la perfección. Debo de tener antepasados gitanos porque es que lo vivo con gran intensidad.
No olvida tampoco la música española, ¿con qué repertorio en este caso se siente más identificada?
Con Falla, como decía, me apasiona el flamenco y Falla, en mi opinión, en transportarlo al mundo clásico es el número uno.
¿Qué repertorio operístico prefiere, el italiano?
No puedo decantarme por uno. El italiano me encanta, pero es que también, durante mis años de formación en Viena, descubrí a Strauss, a Wagner, a Mahler y me encanta este repertorio. A la vez, la música francesa también funciona muy bien a mi voz y lo mismo ocurre con el repertorio español, éste lo llevo en vena, claro.
Es muy diferente, pero ¿disfruta igual estos conciertos acompañada por el piano que interpretar con grandes orquestas?
Depende de con qué pianista, con qué director y con qué orquesta. En este caso con Ángel, lo disfruto muchísimo por todo lo que he comentado antes y con orquesta cuando más disfruto es cuando es mi marido, Cristóbal Soler, quien está en el podio. Nuestro último concierto juntos fue en Navidades junto a la Orquesta Sinfónica de Galicia, con quienes canté verdaderamente a gusto.
Es una gran defensora del repertorio español. ¿Es cada vez más fácil llevar este tipo de papeles a los grandes teatros europeos?
Sí, la música española es muy valorada en el extranjero. Doy fe de ello.
Ha obtenido grandes éxitos internacionales con Falla, por ejemplo. Imagino que para una artista española eso es muy importante…
Por supuesto, uno de mis roles favoritos y que mejor funciona con las características de mi voz y también a nivel dramático es Salud, de La vida breve, de Falla. También con Candelas, de El amor brujo.
¿Qué proyectos tiene?
Además de varios recitales por la Comunidad Valenciana, en abril interpretaré un concierto dedicado a la zarzuela, en el Teatro Monumental, junto a mi marido y la Banda Sinfónica Municipal de Madrid y el rol más próximo será la Santuzza, de Cavalleria Rusticana.